Es famoso por haber sido el único discípulo del misterioso alquimista Fulcanelli.
Se adentra en el ocultismo leyendo Papus, Stanislas de Guaita, Fabre d’Olivet.
Según el mismo Canseliet no frecuentó a Fulcanelli más que de 1916 hasta 1922.
Según Canseliet frecuentó a Fulcanelli a partir de 1916 y lo vio de nuevo en Sevilla en 1952 (Fulcanelli entonces debía ser un centenario),[1] sin embargo Fulcanelli ha permanecido como un personaje misterioso y hasta mítico ya que muy poco se sabe de él.
Existen muchas hipótesis acerca de su verdadera identidad: Joseph-Henri Rosny (1856-1940), Julien Champagne o hasta el mismo Canseliet.