Gran Logia de Francia

Las logias francesas existentes durante el primer tercio del siglo XVIII fueron fundadas por masones ingleses, con participación frecuente de franceses, pero sin constituir una Obediencia o Gran Logia nueva.

La Gran Logia de Francia recoge e integra en su Constitución los "antiguos deberes" masónicos y señala los parámetros o "linderos" que considera indispensables para definir la regularidad masónica.

Entre ellos, sus logias (en Francia y en otros países) deben trabajar "a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo", al que se describe como Supremo Principio Creador (Convento mundial de Lausana del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, de 1876), no definible con arreglo a criterios teológicos convencionales y que sus miembros son libres de matizar según sus convicciones.

El término "sagrado" es aplicado en la Gran Logia de Francia a todos los conceptos o elementos que simbolizan el compromiso de los masones con cuanto eleva al Hombre hacia un conocimiento que trasciende la mera materialidad del mundo inmediatamente observable, abriendo su mente a valores que considera superiores.

En ellos se inspira, en muy gran parte y replanteándolos, la didáctica iniciática del método Escocés y por ello la Biblia es referente "sagrado" para los trabajos de la logia, sin implicar esto ningún planteamiento sobre el carácter de "Libro revelado" que diversas religiones le atribuyen.

Sobre el Volumen Sagrado, coronándolo, se sitúan la Escuadra y el Compás, que simbolizan las virtudes o capacidades humanas indispensables para la búsqueda del conocimiento iniciático en la Gran Logia de Francia.

La Gran Logia de Francia tiene bajo sus auspicios logias situadas fuera del territorio francés (como es frecuente en Masonería), en espera de que lleguen a poder formar, en sus territorios y en algún momento, Obediencias independientes.

La divisa de la República francesa, Libertad, igualdad, fraternidad , es compartida por la Gran Logia de Francia