La presidenta María Estela Martínez de Perón anuló en 1975 la concesión renovada por Frondizi.
En las últimas dos década del siglo XIX se instaló el servicio eléctrico en Buenos Aires.
Los servicios eléctricos de la CIAE más tarde se extenderían a varios partidos aledaños.
[2] Al dejar sus cargos en la Municipalidad, ambos funcionarios entraron a formar parte del directorio de la Ítalo.
El destinatario era el gran grupo inmigratorio de origen italiano asentado en Buenos Aires.
En 1914 inauguró sus servicios desde un edificio ubicado en la calle José Andrés Pacheco de Melo, entre Coronel Díaz y Billinghurst.
El estudio mostró también que el Estado argentino era demasiado pequeño para controlar a las grandes empresas de capital europeo o estadounidense, que ya estaban adquiriendo la dimensión de empresas multinacionales.
La empresa fue vendida entonces en 1921 a la Compañía Hispano Argentina de Electricidad (CHADE), una filial del gran holding mundial europeo Sofina con sede en Bruselas.
[7] En 1932 la Ítalo inauguró una gran usina termoeléctrica en terrenos ganados al Río de la Plata que conformaron el Puerto Nuevo.
Pese a ello, la inversión resultó menor que la necesaria para atender la demanda de sus clientes.
El poder pasó a estar controlado por una alianza de radicales antiyrigoyenistas (antipersonalistas), conservadores y socialistas llamada La Concordancia, que luego de una etapa dictatorial, tomó el poder mediante un régimen fraudulento conocido como "la Década Infame".
[14] La CHADE y la CIAE contraatacaron con grandes solicitadas en los principales diarios, que a su vez ocultaron la posición de los usuarios, viéndose obligada la Comisión a crear un boletín para difundir su punto de vista.
[18] Norberto Galasso opina que la CADE siguió operando con «excesiva impunidad» durante su gobierno.
Perón tampoco nacionalizó otras grandes empresas como la Standard Oil, la Shell, las grandes empresas latifundistas, Bunge y Born, etc. Jorge Del Río señala por su parte que, sin desmontar el poder del dúo CADE-CIAE, Perón tuvo el mérito de crear la empresa estatal Agua y Energía Eléctrica y fomentó el desarrollo de usinas populares cooperativas.
Creó la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), interconectó las centrales Puerto Nuevo (CADE) y Nuevo Puerto (CIAE) y construyó 22 centrales hidroeléctricas en Tucumán, Mendoza, Santiago del Estero, Córdoba, Catamarca, Río Negro y Mendoza, aumentando la potencia hidroeléctrica instalada de 45.000 kW (kilovatios) en 1943, a producir 350.000 kW en 1952.
[22] En 1955 tomó el poder la dictadura autodenominada Revolución Libertadora luego de derrocar al gobierno constitucional presidido por Juan D. Perón.
El decreto fue firmado también por los ministros Roberto Alemann (que en 1979 estaría involucrado en la venta al Estado argentino de la Ítalo) y Jorge Wehbe.
[1] Durante los gobiernos peronistas sucedidos entre 1973 y 1976, se creó una Comisión para investigar las irregularidades cometidas en torno a la Ítalo, que debió haber finalizado su concesión en 1962.
Otras causas sospechaban la posibilidad que en su desaparición hubieran estado involucrados el ministro Martínez de Hoz y el secretario Klein.