Expresionismo abstracto

El expresionismo abstracto es un movimiento pictórico contemporáneo dentro de la abstracción, en concreto, las tendencias informalistas y matéricas posteriores a la Segunda Guerra Mundial.

En los Estados Unidos, Alfred Barr fue el primero en utilizar este término en 1929 en relación con las obras de Wassily Kandinsky.

Es al crítico Robert Coates a quien se atribuye la acuñación del término abstract expressionism.

Rosenberg lo propuso por vez primera en «American Action Painters», importante artículo publicado en Art News, vol.

Action painting y expresionismo abstracto son términos que suelen usarse como sinónimos, aunque no sean exactamente lo mismo.

Al expresionismo abstracto también se lo conoce como Escuela de Nueva York, pero esta denominación abarca otras artes (música, diseño, poesía, teatro...).

[1] Se puede señalar que tiene características formales de este estilo, en primer lugar, su preferencia por los grandes formatos.

Las telas presentan un aspecto geométrico que las hace diferentes de movimientos precedentes, como el surrealismo.

Los pintores expresionistas que redujeron la obra a prácticamente un solo color, estaban ya anticipando el arte minimal.

Pintar un cuadro era menos un proceso dirigido por la razón y más un acto espontáneo, una acción corporal dinámica.

Les interesó, pues, el «automatismo psíquico» que hiciera salir de su mente símbolos y emociones universales.

Su pintura tenía una base cubista, pero se fue haciendo abstracta en los años cuarenta, presentando en sus cuadros zonas de color que contrastaban entre sí; el estilo es emocional y vigoroso.

Se fue escindiendo en dos tendencias que pueden definirse como action painting y campos de color.

Es un tipo de automatismo que plasma el estado físico y psíquico del pintor.

En efecto, no trabajaba la tela con utensilios tradicionales como el pincel o la espátula, sino mediante la técnica del dripping.

De esta manera, lo que Pollock plasma en la tela «no era una imagen, sino un hecho, una acción».

Su obra se centró en representar primero la figura masculina, dedicándose, desde 1950, a su serie más conocida, Mujeres.

Su serie más famosa es la Elegía a la República Española, comenzada en 1949 y formada por cerca de 150 cuadros; está inspirada por la guerra civil española, pero no por su significado político sino, sobre todo, como metáfora del erotismo y la muerte.

La action painting fue la tendencia que más influyó en la segunda generación del expresionismo abstracto y en muchos pintores contemporáneos europeos.

Ad Reinhardt (1913-1967) realizó pinturas con rectángulos, colocados en paralelo o en perpendicular; usó pocos colores: rojo, azul, negro.

Está también considerado como precursor del minimalismo, o figura de transición hacia este movimiento.

Influyó sobre todo como teórico, con escritos como sus «Doce reglas para una academia» (Arts News, 1957), atribuyéndosele la expresión «menos es más» que se convirtió en lema de los minimalistas.

Mediante el signo, se dota al cuadro de una gestualidad, violencia y libertad cercanas a la action painting.

El expresionismo abstracto se desarrolló en los Estados Unidos a lo largo de unos veinte años, aproximadamente.

No obstante, algunos pintores minimalistas se ven influidos por el expresionismo abstracto, especialmente por la tendencia color-field painting.

Galeristas como Leo Castelli y los vínculos que mantenía con la dirección del Museum of Modern Art fueron fundamentales en ese dispositivo.

La historiadora británica Frances Stonor Saunders afirma que el expresionismo abstracto no hubiese sido reconocido y celebrado como lo fue sin la ayuda de la CIA.

[4]​[5]​ Según Michael Kimmelman, crítico del New York Times, la tesis de la manipulación por la CIA es reduccionista.

Reconocimiento que Serge Guilbaut presenta como la culminación de la política cultural llevada a cabo por Estados Unidos,[7]​ el Pop art sustituyendo toda proposición estética con una adhesión a la sociedad de consumo y reduciendo el arte al design.

Expresionismo abstracto