Nacido en Montreal (Quebec), estudió con Paul-Émile Borduas en los años 1940 y fue un miembro del movimiento Les Automatistes.
En 1949 se trasladó a París y siguió su carrera como artista, donde él comercializó su imagen como «salvaje canadiense».
Mantuvieron casas y estudios separados cerca de Giverny, donde había vivido Monet.
Se influyeron mutuamente en gran medida, tanto intelectual como artísticamente, pero su relación fue tormentosa, alimentada por el alcohol.
Riopelle realizó una serie de obras que pueden ser descritas como improvisaciones pintadas.