Clave (notación musical)
Se señala que es una tablatura mediante las letras TAB representadas en sentido vertical al principio del pentagrama.En los siglos XI y XII ya se usaban claves al inicio de los tetragramas.Con el tiempo, esas letras se fueron estilizando hasta conformar las grafías actuales de las claves.[7][8] En la notación musical actual se emplean tres tipos de clave (do, fa y sol), que pueden estar colocados en diferente línea dentro del pentagrama.Al conjunto de las tres claves y las siete posiciones se le denomina «septiclavio».En cualquier caso, actualmente solo cuatro claves se emplean con regularidad: sol en segunda, fa en cuarta, do en cuarta y do en tercera; de las cuales las dos primeras son las más frecuentes.La clave de sol, generalmente utilizada para representar sonidos agudos,[1][11] puede presentar dos posiciones: en segunda y primera línea.[1] Hoy en día ha caído en desuso, pero durante los siglos XVII y XVIII sobre todo en Francia, era costumbre escribir la música para violín o flauta en la clave de sol en primera, ya que daba la posibilidad de representar en el pentagrama sonidos un poco más agudos.Esta clave puede presentar tres posiciones: en cuarta, tercera y quinta línea.En la actualidad, la usan sobre todo los instrumentos más graves de la cuerda frotada, (violonchelo, contrabajo); junto con los más graves del viento metal (tuba, trombón) y del viento madera (fagot, contrafagot).Puede encontrarse igualmente en el pentagrama inferior del arpa o instrumentos de teclado como el piano, así como en la música para percusión (principalmente usada para timbales, aunque en ocasiones también para otros instrumentos como caja, bombo o platillos).Se trata de la clave en uso que permite escribir sonidos más graves sobre el pentagrama.Esta clave puede presentar cinco posiciones: en quinta, cuarta, tercera, segunda y primera línea.[16][11] Algunos vestigios de esta clave sobreviven en las partes escritas para trompa por Serguéi Prokófiev, así como en sus sinfonías.En otros tiempos se empleaba sobre todo para representar la parte de soprano en las partituras vocales.Por su parte, el contrabajo y el contrafagot se escriben en clave de fa en cuarta, pero suenan una octava más grave.Es decir, el do escrito en la primera línea adicional debajo de un pentagrama tocado en una guitarra corresponde al do3 mientras que, en una partitura de piano, esta misma nota corresponde al do4; no obstante, esto es en muchos casos dado por entendido y se suele omitir.[26] Por otra parte, los pentagramas con una clave neutral no siempre tienen cinco líneas; en ocasiones, las pautas musicales para percusión solo tienen una línea, aunque pueden ser utilizadas otras configuraciones.[30] No obstante, lo más frecuente es que los ritmos sean representados mediante signos de «X» en el pentagrama convencional con un comentario colocado por encima sobre la acción rítmica apropiada.La música para guitarra, bajo y otros instrumentos con trastes en muchas ocasiones no aparece escrita en pentagramas tradicionales, sino en tablaturas.[34] Cuando se escribe música para dúos, tríos, cuartetos, quintetos, orquestas de cámara, orquestas sinfónicas, etc., todos los instrumentos se suelen representar en una sola partitura, ordenándose de manera vertical desde las tesituras más agudas a las más graves.Así pues, el pentagrama de cada instrumento es independiente y se representa en la clave correspondiente.Por otra parte, están las particelle o partituras específicas para cada instrumento, que son utilizadas por cada intérprete.[1][11] En música vocal y coral todas las voces se suelen representar en una sola partitura, cada una en su pentagrama correspondiente, al igual que en las particelle.[35] En polifonía vocal las voces más habituales son cuatro: soprano, contralto, tenor y bajo.Hasta hace un siglo, las claves empleadas para cada voz eran distintas a las que se suelen usar en la actualidad.