En la Odisea de Homero el héroe Odiseo se encuentra con el cíclope Polifemo y sus hermanos, que son seres salvajes e incivilizados que llevan una vida de pastoreo.
[1] Una fuente tardía dice que Polifemo, Antífates y un tal Cíclope eran hijos de Sicano (cf.
Cíclope era su nombre por eponimia, ya que efectivamente, un solo ojo completamente redondo se hallaba en su frente.
[7] Los ruidos que surgían del corazón de los volcanes se atribuían a sus operaciones.
[8] Finalmente nos dice que Zeus se alió con sus hermanos durante la Titanomaquia: «después de combatir diez años, Gea vaticinó a Zeus la victoria si se aliaba con los arrojados al Tártaro.
[10] Así pues la versión apolodórica asocia la victoria de Zeus con los cíclopes en tanto que Hesíodo refiere a los Centímanos.
En un escolio nos encontramos la historia resumida, cuyo origen aparece por primera vez en el Catálogo de mujeres.
[13] Al parecer el escoliasta también se siente confuso sobre la naturaleza divina de los cíclopes en las obras hesiódicas.
[16] Aún Estacio nos dice que los cíclopes intervinieron en la fabricación del fabuloso collar de Harmonía, ruina para Tebas.
[19] No obstante la opinión contemporánea es que los tres cíclopes hesiódicos están relacionados con la etimología de sus nombres, siendo el «trueno (βροντή)» Brontes, el «relámpago (στεροπή)» Estéropes y la «centella o rayo (ἀργής)» Arges.
Odiseo los introduce de esta manera, a saber: «desde allí, con dolor en el alma, seguimos bogando los hasta dar en la tierra que habitan los fieros cíclopes, unos seres sin ley.
Confiando en los dioses eternos, nada siembran ni plantan, no labran los campos, mas todo viene allí a germinar sin labor ni simienza: los trigos, las cebadas, las vides que dan un licor generoso de sus gajos, nutridos tan sólo por lluvias de Zeus.
Eran sus nombres Brontes, Estéropes, Eurialio, Elatreo, Arges, Traquio y el ufano Halimedes.
[31] Otros autores, como Apolodoro[32] o Baquílides[33] también nos hablan del origen de los muros ciclópeos que parapetaban Tirinto.
Tras la Edad Oscura los helenos vieron con asombro los enormes bloques pulidos, llamados estructuras ciclópeas, que se habían usado en las edificaciones micénicas, en lugares como Micenas y Tirinto, o en Chipre, y llegaron a la conclusión de que sólo los cíclopes reunían la habilidad y fuerza necesarias para construir de forma tan monumental.