En la antigüedad, se llamaba portazgo a la suma que debía pagarse para cruzar cierto límite (puerta) entre dos zonas territoriales o por cruzar un puente e incluía muchas veces el pago de mercaderías.
Los esquemas de cobro de peajes permiten al Estado, sea directamente o a través de un concesionario, realizar un cobro directo a los usuarios que utilizan la carretera, puente o túnel, evitando así que los demás contribuyentes subsidien a los usuarios dicha infraestructura vial.
En estos casos, el peaje cobrado cubre los costos de operación del sistema de control, y los recursos restantes se destinan al transporte público o para financiar infraestructuras viales urbanas.
Los sistemas 100% electrónicos, sin estaciones de peaje, se han usado únicamente en Toronto, Canadá desde 1997,[2] en varias carreteras en Noruega,[3] en Melbourne, Australia desde 2000,[4] en Tel Aviv, Israel también en 2000, y en Santiago de Chile desde 2004 y 2005.
A continuación una breve lista con algunas de las principales carreteras que utilizan el telepeaje en estos países.
En Argentina las personas con discapacidad pueden circular por toda la red vial nacional sin pagar peajes, exhibiendo su credencial de pase libre.