Otros detalles aerodinámicos como los túneles detrás la cabina, dejan pasar el aire a la zona del motor totalmente al descubierto y que, según Bugatti, permiten que el Tourbillon pueda alcanzar su velocidad máxima sin necesidad de desplegar su alerón retráctil, que aunque lo sigue teniendo, está pensando más en un uso de alerón tradicional para generar carga aerodinámica en las curvas.
Las rejillas de ventilación situadas bajo los faros ayudan a canalizar el aire hacia las grandes tomas laterales.
La parrilla en forma de herradura suministra aire a los radiadores al tiempo que aumenta la carga aerodinámica.
Todo esto sobre una suspensión multibrazo completamente nueva, que es un 45% más ligera en comparación con la del Chiron.
El propósito de esta configuración es darle un aspecto atemporal, si bien hay una pantalla digital oculta en la parte superior de la consola central, que puede bascular hacia arriba y dar acceso al chofer a Apple CarPlay, entre otras funciones.
A sus lados otros indicadores también en forma de reloj completan esa experiencia única.
Cada uno de estos relojes se coloca sobre la parte central del volante que es fijo.
El aro se mueve alrededor del centro y siempre hay una vista libre hacia cualquiera de estos.
El vidrio se desarrolló en 13 etapas separadas para asegurar que fuera tanto perfectamente claro como extremadamente fuerte y seguro en caso de accidente.