El mecanismo suele estar visible mediante una ventana practicada a través de la esfera, mostrando su funcionamiento.
Hasta entonces, para determinar la longitud se utilizaban métodos astronómicos (como el de las distancias lunares) basados en un Almanaque Náutico, que precisaban de complejos cálculos y observaciones del firmamento exactas que no siempre eran posibles desde un barco moviéndose en alta mar.
Dado que en aquella época se habían tenido en mayor consideración las mediciones astronómicas que las basadas en dispositivos mecánicos (de acuerdo con las ideas promovidas por Isaac Newton), Harrison se vio obligado a recurrir a Edmond Halley, quien se dirigió al prestigioso taller londinense de John Graham, con el que comenzó una fructífera colaboración a través de la que recibió apoyo técnico y financiero, llegando a producir relojes de gran precisión.
[3] Para compensar el error cometido por el eje del balancín durante su movimiento, Breguet decidió confinarlo con los órganos anexos en una jaula integral asociada al segundero, haciéndola girar continuamente a una velocidad de una revolución por minuto.
Sólo en un momento posterior Breguet llegó al desarrollo de su propio escape, que todavía hoy se conoce como áncora por su forma particular; seguido de un segundo escape denominado natural, caracterizado por utilizar una doble rueda.
Las ventas totales registradas no fueron muy elevadas, por lo que solo se fabricaron 35 piezas con tourbillon.
Los parámetros de las pruebas llevadas a cabo por la Oficina Independiente para el Control y Certificación únicamente estaban al alcance de algunas referencias seleccionadas como las mejores, cuyas prestaciones tenían que cumplir los requisitos acordados entre el fabricante y el cliente, que estaba en ese momento representado principalmente por la Marina.
Dada la complejidad del mecanismo, algunas marcas (incluyendo Vacheron Constantin) no eran inicialmente capaces de realizar una estructura de este tipo, por lo que se vieron obligadas a comprar los talleres que ya estaban produciendo para sus propios productos, como Brandt & Comp, Breitling, Jaeger LeCoultre, Favre-Leuba, Albert Pellaton, Girard-Perregaux, Ulysse Nardin, o Patek Philippe.
El tourbillon pasó a utilizarse cada vez menos por las empresas de alta relojería, que no estaban especializadas en su producción.
[3] La gravedad tiene un efecto directo sobre las partes más delicadas del escape: el áncora, el volante de inercia y el muelle espiral.
Los problemas relacionados con la temperatura y el magnetismo se han eliminado con el empleo de nuevos materiales.
Los choques actualmente tienen un efecto mucho menor que en la época de Breguet gracias a materiales más fuertes y resistentes.
Algunos diseñadores han intentado usar espirales cilíndricas o incluso esféricas en lugar de planas como es habitual en la actualidad.
Variaciones del overcoil de Breguet (una espira adicional superior en sentido contrario para compensar la asimetría inherente al arrollamiento del muelle espiral) se han desarrollado para contrarrestar los efectos de la gravedad sobre el muelle.
La gravedad puede tener efectos muy significativos sobre un escape solo con ligeras variaciones de la posición del reloj.
Incluso hoy en día con nuevos materiales y la mejora de las teorías sobre su comportamiento, es imposible regular un reloj mecánico para que mantenga el mismo ritmo exacto en todas las posiciones.
Un tourbillon no tiene ningún efecto en posiciones horizontales, ya que aquí el equilibrio es horizontal y no se ve afectado por la gravedad a medida que el mecanismo gira en este mismo plano.
Breguet diseñó el tourbillon para relojes de bolsillo que normalmente se guardan en una posición vertical en el bolsillo del chaleco, y que pueden mantenerse en dicha posición vertical durante la noche colocándolos en un soporte adecuado.
Los relojes mecánicos actualmente se venden sobre todo a compradores que valoran la artesanía y la estética por encima de la sincronización muy precisa.
Ambos habían estado trabajando juntos desde 1992 en Renaud & Papi, donde desarrollaron complicados mecanismos de relojería.
En 2005, presentaron su "Quadruple Tourbillon à Différentiel" (QTD), utilizando dos dobles-tourbillones que trabajan de forma independiente.
Un diferencial esférico conecta los cuatro carros giratorios, realizando la distribución del par motor entre las dos ruedas que giran a diferentes velocidades.
[27] En 1993, Kiu Tai-Yu, un relojero chino que reside en Hong Kong, creó un tourbillon semi-volante sólo con un carro reducido para la rueda de escape y el áncora.