Con los mismos colores y metales está pintado en las vidrieras del Palacio de Navarra.
Era un pequeño núcleo habitado por varias familias y restos de edificaciones en piedra labrada, con sus pavimentos, molinos de piedra, trujales y abundante cerámica sigillata hispana, cuyo enclave tenía como explicación el encontrarse en la margen derecha del río Ebro y a pocos metros de lo que pudo ser una variante de la conocida calzada romana La Legio VII y que dividiéndose en Mallén, recorría la margen del río hasta llegar a Tudela.
Tenemos que destacar que en estos primeros años y entre sus habitantes, los primeros moradores fueron francos, no hubo vecinos moros ni judíos, como en la mayor parte de las poblaciones limítrofes, pues Navarra era un reino autónomo con reyes de la monarquía francesa.
Ror eso en 1496 dicho Concejo, hace un ofrecimiento de sus bienes comunes a todas aquellas personas que quisieran asentarse en su villa, cuyo ofrecimiento se basó en repartir vecindades y tierras a aquellos labradores del reino o fuera de él, para lo cual se creó un Concejo Nuevo que se hizo cargo de esos nuevos asentamientos.
Después Conquista de Navarra por Fernando V el Católico, a comienzos del siglo XVI, se producen en esta zona abundantes conflictos con pueblos tan cercanos como Tauste y Tudela, por los derechos de aguas para riego agrícola, tanto en la margen izquierda del río Ebro como en la margen derecha.
Por el lado izquierdo, el emperador Carlos I concede en 1529 a la villa de Tauste, permiso para ensanchar y alargar la Acequia del Ebro hasta Tauste y que se denominará desde ahora Canal de Tauste y por la margen derecha, la iniciativa aragonesa apoyada también por el emperador, de construir un nuevo canal que deberá partir desde Tudela para llevar el agua a Zaragoza, conocido como Canal Imperial.
Durante los años siguientes, la villa padeció como todos los demás pueblos de España las continuas tensiones sociales y políticas de las monarquías imperantes, así como enfermedades como la peste, el cólera morbo, que mermaron su población.
Entrados ya en el siglo XIX, tenemos nuevamente repercusiones graves para Buñuel debido a los conflictos bélicos originados con la invasión francesa y la toma del sitio de Tudela por las tropas napoleónicas.
Se levantaron en todo el territorio facciones para luchar contra las milicias enviadas para acabar con los sublevados.
Posteriormente, Navarra se encuentra envuelta en las guerras carlistas, en que una parte de los navarros se enfrentaron a la monarquía y al poder constitucional, teniendo otra vez los vecinos parte en ello, dejándose sentir el conflicto en cuanto al envío de personas y suministros, pero la población civil padeció levemente los avatares de estas guerras.
Tres años más tarde en 1927 se instaló en Buñuel el primer cuartel de la Guardia Civil y en 1934 quedaron finalizadas las obras de Canal Victoria-Alfonso, canal iniciado bajo este reinado y conocido actualmente como Canal de Lodosa, el cual vino a proporcionar una mayor expansión a sus tierras destinadas al regadío.