Su construcción tenía por objeto mejorar el regadío de la antigua Acequia de Aragón, llevando el agua del río Ebro hasta Zaragoza y permitiendo extender el regadío en la región.
Se contruyó además, bajo la dirección del arquitecto Gil Morlanes, el llamado Palacio de Carlos V.
[1] El plan fue diseñado durante la Ilustración, para construir canales en España a semejanza de Inglaterra y Francia.
Consciente de la pobreza del campesinado, ideó una gran empresa a semejanza de las emprendidas en Francia, Holanda e Inglaterra: un canal que uniera el Cantábrico con el Mediterráneo, viejo sueño aragonés, para exportar sus productos ganaderos y hortofrutícolas.
[3] Los grandes terratenientes encontraban más rentable dejar sin cultivar ciertos terrenos y destinarlos a pasto extensivo de sus ganados.
En el siglo XIX se intentó prolongar el cauce hasta Tudela y construir esclusas en Zaragoza para comunicarlo con el Ebro, pero esta idea por los altos costes, no llegó a realizarse.
La navegación del canal, que ha perdurado hasta hace poco, fue establecida por Pignatelli.
Desde 1818 las oficinas estuvieron ubicadas en la llamada Casa del Canal, en la zaragozana plaza de Santa Cruz.
El riego del canal se divide en tres zonas compuestas por las comunidades que siguen: El canal es gestionado en la actualidad por la Confederación Hidrográfica del Ebro, que a su vez es un organismo autónomo del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.