Los austríacos evitaron otro choque hasta que la llegada de los rusos les otorgó ventaja numérica.
Napoleón envió a su ejército al norte en persecución de los aliados, pero después les ordenó retroceder para así fingir debilidad.
Se formó una Segunda Coalición en 1798, que también resultó derrotada en 1801 y dejó a Gran Bretaña como el único oponente del Consulado francés.
Sin embargo, persistieron numerosos problemas entre ambas partes que hicieron cada vez más difícil la implantación del tratado.
[4] La tensa situación no hizo sino empeorar cuando Napoleón envió una fuerza expedicionaria para aplastar la Revolución haitiana.
[6] Habiendo sido derrotados dos veces en tiempos recientes por Francia, Austria se unió a la coalición unos meses después en busca de venganza.
Aunque nunca pusieron pie en suelo inglés, las tropas de Napoleón recibieron una cuidadosa y muy valiosa formación para cualquier operación militar.
[9] Un solo cuerpo bien situado en una fuerte posición defensiva podía sobrevivir al menos un día sin apoyo, dando así a la Grande Armée un sinnúmero de opciones estratégicas y tácticas en cada campaña.
[9] Hacia 1805 la Grande Armée había aumentado hasta los 350 000 hombres,[10] en general bien equipados, entrenados y dirigidos por oficiales competentes.
El soldado ruso, en línea con la práctica del siglo XVIII, era normalmente maltratado y castigado «para inculcarle disciplina».
Además, muchos oficiales de bajo rango estaban pobremente entrenados y tenían dificultades para lograr que sus hombres realizaran las maniobras a veces complejas requeridas en una batalla.
[18] Mientras tanto, el retraso en la llegada de las tropas rusas les impidió auxiliar a las tropas de campo austríacas, por lo que estos se retiraron al noreste para esperar refuerzos y enlazar con las unidades austríacas supervivientes.
Cuando Francisco I ofreció un armisticio el 27, Napoleón expresó un gran entusiasmo en la aceptación del mismo.
[24] La idea de Kutúzov fue rechazada y las fuerzas aliadas cayeron en la trampa que Napoleón había creado.
[25] El ejército francés era inferior en número[26] y al principio Napoleón no estaba seguro de su victoria.
Un asesor afirmó que Napoleón dijo en repetidas ocasiones a sus mariscales: «Caballeros, examinad cuidadosamente este terreno, será un campo de batalla; ustedes jugarán un papel en él».
Por otra parte, el zar Alejandro retiró bruscamente su autoridad al comandante en jefe Kutúzov y se la dio a Franz von Weyrother.
[19] Napoleón tenía la esperanza de que las fuerzas aliadas atacaran y, para forzarlos a ello, debilitó deliberadamente su propio flanco derecho.
Las tropas de Soult serían descubiertas si la niebla se disipaba muy pronto, pero, si permanecía demasiado tiempo, Napoleón no podría saber si los aliados habían abandonado los Altos Pratzen y le impediría lanzar su ataque en el momento justo.
Los combates en el sector cesaron temporalmente cuando la división de Louis Friant, parte del III Cuerpo, se hizo con la localidad.
[40] La batalla se había vuelto claramente a favor del bando francés, pero estaba lejos de terminar.
[43] Entonces se apoderó del ejército aliado un pánico general y comenzó a abandonar el campo de batalla en todas las direcciones posibles.
En tres meses los franceses habían ocupado Viena, destrozado dos ejércitos y humillado al Imperio austríaco.
La gran victoria se recibió con asombro y delirio en París, pues pocos días antes la nación estaba al borde de un colapso financiero.
Al ejército ruso se le permitió retirarse a su patria y los franceses acamparon en el sur de Alemania.
Napoleón creó la Confederación del Rin, compuesta por una serie de estados alemanes en la frontera entre Francia y Prusia.
Es probable que no elevara significativamente a nadie porque consideraba Austerlitz como un triunfo personal.
Andréi espera la gloria, siempre pensando en él, «Voy a marchar hacia adelante y barrer todo lo que me encuentre».
[50] Sin embargo, más tarde en la batalla, Andréi cae en manos del enemigo e incluso conoce a su héroe, Napoleón.
Por esa razón, Austerlitz es a veces comparada con otras grandes batallas tácticas, como Cannas o Höchstädt.