Bardaisan, también referido como Bardesano, Bardesan o Bardesanes, su nombre en griego, fue un escritor, poeta y filósofo asirio (de los también llamados siríacos), del siglo II d. C. (154-222), nacido en la antigua Edesa y reconocido como afín con las corrientes gnósticas del cristianismo primitivo de la escuela valentiniana.Recibió una cuidada educación greco-oriental, viviendo la mayor parte de su vida en la corte del rey Abgar IX ―o Abgar VIII, según la fuente― de Osroena o Edesa (179-214), del que fue tutor en su infancia y amigo durante su reinado.[4][5][6] En Manbij o Mabog, la antigua Hierápolis Bambyce siria, muy joven recibió instrucción por un sacerdote del culto de Atargatis.275-339) señala en su Historia eclesiástica que después de un tiempo se alejó de las doctrinas gnósticas si bien, según el historiador eclesiástico, éstas siempre mantuvieron preeminencia en su pensamiento religioso y filosófico.Con todo, no hay certeza si su fallecimiento tuvo lugar en Siria o en Armenia (222-223 d. C.).[4][12][13] Se le considera el autor de ciento cincuenta himnos en los cuales hace llegar su particular visión y comprensión filosófica gnóstica.Bardaisan al igual que otros escritores "proto-ortodoxos" sirios y gnósticos del cristianismo primitivo, contemplaron el Espíritu Santo como hipóstasis femenina.[9][23][24] La verdadera vestidura del alma, según el filósofo y poeta de Edesa, es la forma ideal que ésta olvidó en el Cielo y sólo reasumirá después de la muerte: la muerte mística al pecado.El espíritu es el elemento divino que enlaza al ser humano con Dios y, por su propia naturaleza, permanece siempre ontológicamente libre, a diferencia del alma que sí se halla condicionada por otras influencias.[9][27] La figura de Bardaisan es, en muchos sentidos, la semilla de lo que más tarde vendría a ser llamado como la corriente o escuela gnóstica del cristianismo primitivo atribuida a Santo Tomás.De este modo, la corriente o escuela de Santo Tomás en el cristianismo queda conectada con Bardaisan, aun cuando esta ligazón o conexión no fuera en gran medida reconocida por los círculos eclesiásticos.Tal vez todo ello pueda explicarse, como señala Daniélou, si se contempla a Bardaisan como defensor de una gnosis judeo-cristiana, por lo cual es que ha sido llamado «el último de los gnósticos».
Comienzo en el original siriaco del
Libro de las leyes de los países
o
Diálogo sobre el destino
de Bardaisan de Edesa. Edición de 1897 por F. Nau.