[1][2] Los pueblos iranios viven principalmente en Oriente Medio, Asia Central, el Cáucaso y partes del subcontinente indio, aunque pueblos que hablaban las lenguas iranias fueron hallados en el pasado por toda Eurasia, desde los Balcanes hasta la China occidental.
A principios del primer milenio a. C., los antiguos pueblos iranios, como por ejemplo los medos, los persas, los bactrianos y los partos ocuparon la Meseta iraní, mientras que otros grupos como los escitas, los sármatas y los alanos ocuparon las estepas al norte del mar Negro.
La escritura del persa antiguo, creada en el siglo VI a. C. por orden de los reyes persas, era escrita con signos cuneiformes, inspirados, al menos superficialmente, en los de las escrituras cuneiformes (como la acadia o la elamita) que la precedían.
[13] Los antiguos persas se establecieron en la zona occidental de la Meseta iraní y parece ser que interactuaron considerablemente con los elamitas y los babilonios, mientras que los medos también entraron en contacto con los asirios al oeste.
La inscripción proporciona una conexión entre las lenguas iranias con el uso del término Ario en los primeros textos indo-arios.
[16] Los reyes aqueménidas redactaban usualmente sus inscripciones en forma trilingüe (elamita, acadio y antiguo persa),[17] mientras que los idiomas más usados en la administración eran el arameo y el elamita,[18] lo que evidencia una sociedad multicultural.
Muchos antiguos textos sánscritos hacen referencia a tribus como los sacas, los paradas, los kambojas, los bahlikas, los uttaramadras, los madras, los lohas, los parama kambojas, los rishikas, los tocarios (o tusharas), etc, y los emplazan en la división noroeste de Uttarapatha, en Asia Central, más allá de los límites del Hindu Kush.
Esta tribu presionó y, finalmente, expulsó a los dominantes seléucidas griegos de Persia.
Los osetas modernos aseguran ser los descendientes de los alano-sármatas, y su lengua noreste-iraní confirma esto, a la vez que culturalmente se parecen a sus vecinos caucásicos, los kabardinos, los circasianos y los georgianos.
En último término, los diversos pueblos iranios, incluyendo a los persas, kurdos y pastunes, se convirtieron al islam.
Más tarde los pueblos iranios se separarían en divisiones sectarias cuando los persas (y posteriormente los hazaras) decidieron seguir el chiismo, mientras que la mayoría de los demás pueblos iranios permanecieron fieles al sunismo.
La influencia iraní se extendió al Imperio otomano, donde el Persa se hablaba con frecuencia en la corte, al igual que en el Imperio Mogol, comenzando en Afganistán y yendo luego a la India.
Todos los pueblos iranios principales reafirmaron su uso de las lenguas iranias tras la decadencia del dominio árabe, pero no comenzarían a conformar identidades nacionales hasta el siglo XIX y principios del XX (justo cuando los alemanes e italianos comenzaban a formular identidades nacionales propias).
[30] También pueden encontrarse pequeños grupos de pueblos iranios en la China occidental y en la India.
En su mayor parte, ha sido a través de similitudes lingüísticas que los pueblos iranios han podido ser relacionados, ya que muchos pueblos no-iranios han adoptado costumbres y lenguas iranias.
Aunque la mayoría de los pueblos iranios se establecieron en la región de la Meseta iraní, muchos se expandieron hacia la periferia, desde el Cáucaso y Turquía hasta el Indo y China occidental.
Por ejemplo, el evento social Noruz es un festival iraní realizado por casi todos los pueblos iranios, y también por otros de la región.
Los modernos hablantes nativos de las lenguas iranias siguen principalmente el islam.
La comunidad cristiana está representada mayoritariamente por la denominación ortodoxa rusa, seguida por los osetas y los nestorianos.
En temas relacionados con la cultura, las diversas minorías que hablan túrquico en Irán (especialmente el pueblo azerbaiyano) y Afganistán (como los uzbekos y los turcomanos) suelen hablar las lenguas iranias, además de sus propias lenguas túrquicas, y poseen una cultura iraní hasta tal punto de emplearse el término Turco-iranio.
Los estudios genéticos realizados por Cavalli-Sforza han mostrado que los iranios se agrupan de manera muy próxima a los grupos europeos, y de forma más lejana a los grupos orientales próximos.
El extensivo intercambio genético podría ser una indicación de la expansión de los pueblos que hablan lenguas iranias, que en la actualidad se hablan principalmente en la Meseta iraní y regiones adyacentes.
Además, las poblaciones indígenas pueden haber sobrevivido a las oleadas de los primeros arios invasores, cuando la asimilación cultural dio paso al cambio de lengua a gran escala (como pasó con algunos kurdos, hazaras, persas iranios occidentales, y otros).
Esto no implica necesariamente un origen indoeuropeo común para estas poblaciones, ya que podría deberse a antepasados no-indoeuropeos que más tarde fueron «indoeuropeizados» (según la teoría paleolítica de la continuidad).
El R1a1 se encuentra con la mayor frecuencia en los ishikami y tayikos del Pamir (68%/64%), seguidos por los hablantes de lenguas eslavas.