El primer asentamiento en la zona de lo que es modernamente la ciudad de Arta, fue establecido en el siglo IX a. C. Ambracia fue fundada por los corintios hacia los años 655-625 a. C.[1] Se encuentra a 15 km al norte del golfo homónimo.
La ciudad fue independiente con un gran territorio que se extendía por la costa unos 20 km más hacia el interior.
Por otra parte, los ambraciotas dedicaban una festividad al dios por haber introducido la justicia y el buen gobierno.
Ártemis consideraba que la ciudad debía ser suya porque ella había provocado la muerte de Faleco y por ello los ambraciotas le rendían culto.
Heracles, por su parte, dijo que él había derrotado a todos los pueblos de la zona cuando pretendieron robarle las vacas de Geriones y además los colonos corintios, que habían llegado a Ambracia eran descendientes suyos.
Así pues, Cragaleo quedó convencido de que la ciudad pertenecía a Heracles aunque Apolo, encolerizado, lo convirtió en piedra.
En 189 a. C. fue asediada por el cónsul romano Fulvio Nobilior, en la primavera del año 189 a. C. y metódicamente saqueada.
La ciudad pasó a formar parte del actual Estado griego en 1881 según lo dispuesto en el Tratado de Berlín.
Las fortificaciones de la ciudad fueron construidas por Miguel I Comneno Ducas a principios del siglo XIII, pero su forma actual es en gran parte postbizantina.
Fue construida en el año 1295 por Nicéforo I Comneno Ducas y su esposa Ana Paleólogo Cantacuceno.
Además, está cubierta por una cúpula central, a su vez rodeada de otras cinco más pequeñas.
Sobre el tambor se apoya la cúpula, sustentada por ocho salmeres y decorada con mosaicos del siglo XII.
Estos representan al Cristo Pantocrátor rodeado por una corte de profetas y querubines.