Ejército macedonio

Las innovaciones militares, tanto en las armas como en las tácticas, llevadas a cabo por Filipo II forjaron el ejército que conquistó un imperio.

Este creó una de las mejores máquinas militares que Asia o Grecia habían visto nunca, gracias a la suma de tiempo y esfuerzo invertido tanto en maniobras como en innovaciones militares.

Las armas introducidas eran la sarisa, un tipo de pica larga de peso contrabalanceado, que aportó muchas ventajas, ofensivas y defensivas, para la infantería macedonia en particular, y para el ejército combinado en general.

El ejército macedonio era conocido sobre todo por los historiadores de los reinados de Filipo II, Alejandro Magno y sus sucesores: Arriano, Quinto Curcio Rufo, Diodoro Sículo, Polibio y Tito Livio.

Una dificultad particular es que algunas denominaciones (peltastas, hipaspistas) designan diferentes unidades según las épocas.

Posteriormente, en el Imperio seléucida, este término designaría a los soldados de élite con escudo de plata (arguros, plata), falangitas ligeros y pesados por una parte, legionarios (inspirados en el original romano), por otra parte.

[5]​ Los soldados del primer lochos constituían la vanguardia (agêma), y eran conocidos por la denominación de basilikoi hypaspistai (portadores del escudo real), a no ser que no constituyeran más que una fracción.

La unidad superior que reunía cuatro speirai, 1024 hombres, era la quiliarquía, mandada por un quiliarca.

Significativamente, las multas más graves eran para las armas ofensivas y el escudo, cuya ausencia comprometía la eficacia total de la formación.

(Véase también sistema hoplítico) La falange macedonia demostró con creces su superioridad sobre la falange tradicional griega durante la batalla de Queronea en el 338 a. C., donde se enfrentaron los macedonios contra una fuerza conjunta de atenienses y tebanos, que fueron vencidos (el Batallón Sagrado de Tebas fue casi aniquilado) y en consecuencia Macedonia pasó a controlar la Hélade.

Los tureóforos no eran solo griegos o macedonios, sino que también procedían de lugares como Anatolia.

Los guardias agêma orientales llevaban coraza de bronce, casco frigio o tracio y escudo argivo.

Fueron usados en los ejércitos helenísticos como auxiliares de la infantería ligera, y en la falange macedonia protegían sus flancos.

El ilarca estaba acompañado de un heraldo que transmitía sus órdenes, y era auxiliado por hiparetas (sirvientes).

Estos caballeros estaban armados con jabalinas, actuaban como tiradores y aseguraban los flancos del ejército durante la batalla, realizando misiones de reconocimiento.

Como consecuencia, un importante contingente de caballería pesada tesalia formaba parte del ejército macedonio.

En las batallas de Gránico, Issos y Gaugamela, la caballería tesalia, situada en el flanco izquierdo, estuvo mandada por Parmenio.

En ocasiones fue considerada la mejor unidad de caballería, aunque su actuación no había sido decisiva durante las tres grandes batallas contra los persas; la ofensiva victoriosa siempre tuvo lugar desde el ala mandada por Alejandro.

El elefante utilizado como recurso bélico por el ejército persa en la batalla de Gaugamela (1 de octubre de 331 a. C.) contra el ejército del conquistador macedonio, y que tanto desconcierto causó en sus filas, fue lo que impulsó a Alejandro a incorporarlo a su ejército tiempo después.

En cambio, los elefantes tenían una gran desventaja, ya que aunque era difícil matarlos, las heridas infringidas o la pérdida del conductor eran a menudo suficientes para asustar al elefante y también se convertía en un gran peligro para su propio ejército si retrocedía.

Varias unidades cívicas podían ser combinadas para formar una unidad táctica si sus efectivos eran insuficientes.

La movilización podía ser general, o solo parcial, según un sistema de rotación que se ha perdido.

La asignación de las diferentes unidades (peltastas, agêma, falange) se hacía mediante un criterio censal: los reclutados de las familias más ricas eran enrolados como peltastas y la agêma (probablemente también para pezhetairoi/hipaspistas bajo Filipo II y Alejandro, respectivamente).

Lógicamente, tan solo los macedonios más acomodados podían dedicar el tiempo necesario al entrenamiento intensivo que requería la pertenencia a los cuerpos de élite.

Polieno describe cómo Filipo II entrenaba a su ejército multiplicando los ejercicios y las maniobras.

Los falangitas se entrenaban con todas las armas, cargados con su ración alimentaria, y debían recorrer a marchas forzadas 300 estadios (alrededor de 54 km).

Los Lágidas y los Seléucidas el testimonio de acaballaderos reales (hippotropheia, ἱπποτροφεία) que proveían los caballos: debieron existir también en Macedonia.

[24]​ Unos 23 000 griegos (que podrían haber incluido norteños e incluso macedonios) fueron asentados después por Alejandro en las satrapías persas orientales.

[25]​[26]​ Tras la muerte de Alejandro, parece que los nuevos gobernantes (diádocos) continuaron reclutando en Grecia en cantidades cada vez mayores.

Incluso en la ciudad relativamente próspera de Magnesia del Meandro, a orillas del río Meandro, bajo Antígono los ciudadanos querían trasladarse a la nueva fundación de Antíoco en la lejana Persis.

Pezhetairos combatiendo en la batalla de Issos (detalle del Sarcófago de Sidón).
Ilustración de un hipaspista.
Reconstrucción de la decoración policromada del Sarcófago de Alejandro Magno , proveniente de la necrópolis real de Sidón , representando la batalla de Issos .
Casco frigio encontrado en Herculano (350-325 a. C.).
Alejandro luchando en la batalla de Issos (detalle del Sarcófago de Sidón).
Caballería tesalia en la batalla de Issos (detalle del sarcófago de Sidón).
Elefante indio.