Tácticas militares de Alejandro Magno

Alejandro tuvo que componer y decidir una formación de combate innovadora para la época: dispuso sus unidades en niveles; fingió querer rodear al enemigo para poder dividirlo mejor y así abrió una brecha en sus líneas defensivas.

La sarissa constaba de una punta en cada extremidad y pesaba mucho (5,6 kg).

[3]​ Para ello, los hoplitas cargaban en grupo compacto de 16 filas tan apretadas que sus masas se acumulaban.

El ilarca estaba acompañado de un heraldo que transmitía sus órdenes, y era auxiliado por hiparetas (sirvientes).

Esta táctica no podía realizarse a menos que los dos ejércitos tuvieran más o menos el mismo número de efectivos, ya que consistía en encerrar al contrario por los lados.

Para llevar a las fuerzas enemigas lejos de su centro, la caballería macedonia rodeaba los flancos del ejército contrario, sistemáticamente por el flanco derecho que estaba comandado por Alejandro en persona, para luego intentar hacer un hueco y colocarse en las líneas enemigas, por lo que obligaban a sus enemigos a reagruparse.

Atacando por los flancos, la caballería macedonia sorprendía a las tropas enemigas por la rapidez y fuerza de su impacto; en el centro, la falange y los hipaspistas avanzaban para abrir el segundo frente.

Una vez se le cerraba el paso al enemigo, este quedaba en una trampa.

Generalmente, esto causaba una gran confusión porque no podía distinguirse si las unidades estaban dispersas o solo mal coordinadas.

Con el fin de no dejarse rodear por la innumerable caballería persa, Alejandro decidió disponer a sus tropas en niveles, algo completamente innovador en la Antigüedad.

Para ocupar el máximo terreno posible, Alejandro decidió alargar su flanco derecho.

Dicha táctica le sirvió para hacer que el ejército persa no se percatara de su presencia.

Dando un rápido revés, Alejandro dio media vuelta para dirigirse a la brecha.

Aprovechando la situación en que se encontraban los macedonios, las tropas persas huyeron del campo de batalla con sus jefes.

Alejandro tenía la victoria asegurada, a pesar de que al principio de la batalla su posición no era favorable, pero quedó decepcionado por no haber podido capturar o matar al Gran Rey.

Al ver que Alejandro estaba decidido a capturar a Darío, un grupo de nobles, entre los que se encontraban los sátrapas Besos, Barsaentes y Nabarzanes, tomaron al rey persa como rehén, para así poder pactar con Alejandro.

Falange macedonia. El casco corintio no estaba tan generalizado como se muestra en la imagen.