Arconte (gnosticismo)

[2]​ Como resulta evidente en obras tales como el Apócrifo de Juan, los Diagramas Ofitas, Sobre el origen del mundo y Pistis Sophia, los arcontes juegan un papel importante en la cosmología gnóstica.

Los ofitas aceptaban la existencia de los siguientes siete arcontes (Orígenes, Contra Celso, vi.

De los arcontes Kakia, Zelos, Phthonos, Errinnys, y Epithymia, la última representa a Venus.

[6]​ Entre los mandeístas, existe una concepción diferente y acaso más primitiva de los Siete, según la cual ellos, junto con su madre Namrus (Ruha) y su padre (Ur), pertenecen por completo al mundo de las tinieblas.

En el sistema mandeísta, los Siete son presentados con los nombres babilónicos de los planetas.

Wilhelm Anz ha señalado asimismo que la escatología gnóstica, que consiste en la lucha del alma contra arcontes hostiles en su intento de alcanzar el Pléroma, es un paralelo cercano al ascenso del alma en la astrología babilónica, cruzando los reinos de los siete planetas hasta Anu.

[11]​ El Bundahishn afirma que en la lucha primigenia del diablo[cita requerida] contra el mundo de la luz, siete poderes hostiles fueron capturados y puestos como constelaciones en los cielos, donde son custodiados por poderes estelares buenos y se les impide hacer daño.

Cinco de los poderes malignos son los planetas, pero aquí el sol y la luna no se cuentan, por supuesto, entre los poderes malignos, por la razón obvia de que en la religión oficial persa aparecen invariablemente como divinidades buenas.

[12]​ Debe señalarse también que en los misterios de Mitra, tan estrechamente relacionados con la religión persa, hay cierta familiaridad con esta doctrina del ascenso del alma a través de las esferas planetarias.

[16]​ No obstante, Filón nunca alude a los arcontes, y en el único pasaje donde aparece la palabra (De Monarchia, I.

Imagen representativa de los arcontes en la película "Demiurgo" 2010