Natán tuvo una cercanía directa con el rey David, ya que su autoridad era directamente otorgada por el Dios de Israel y estaba por sobre la de David.
Dios envió a Natán para que señalara a David la gravedad del pecado que había cometido contra Urías el hitita a causa de Bat-seba y la pena divina que se le imponía por ello.
[2] Bat-seba le dio a David un segundo hijo, llamado Salomón.
Dios amó a ese hijo, por lo que envió a su profeta Natán, quien “por causa de Dios” llamó al niño Jedidías, que significa “Amado de Yah”.
[3] Cuando Adonías intentó apoderarse del trono al final de la vida de David, Natán tomó las medidas necesarias para que este lo supiera; luego tomó parte en ungir y entronizar a Salomón.