Con todo, la aplicación del concepto moderno de «religión» a las culturas antiguas ha sido cuestionada como una práctica anacrónica.
[1] Los antiguos griegos no tenían una palabra para referirse a la «religión» en el sentido moderno.
[3] Estas prácticas cultuales de los helenos se extendieron más allá de la Grecia continental, a las islas y las costas de Jonia (en Asia Menor), a la Magna Grecia (Sicilia e Italia meridional), y a las colonias griegas dispersas por el Mediterráneo occidental, como Massilia.
La mayoría de antiguos griegos reconocían a los doce dioses y diosas olímpicos principales—Zeus, Hera, Poseidón, Deméter, Atenea, Ares, Afrodita, Apolo, Artemisa, Hefesto, Hermes y o bien Hestia o Dioniso—si bien filosofías tales como el estoicismo y algunas formas de platonismo usaban un lenguaje que parecía asumir una deidad trascendente única.
El culto a estas deidades, y muchas otras, se esparció alrededor de todo el mundo griego, aunque a menudo tenían diferentes epítetos que distinguían aspectos de la deidad, y a menudo reflejan la absorción de otras deidades locales en el esquema panhelénico.
[5] Los héroes eran mortales venerados como semidioses que, debido a sus cualidades y hazañas guerreras, escapaban a la finitud del común de los mortales y residían eternamente en los Campos Elíseos.
Al otorgar beneficios a quienes los invocaban, se les ha considerado precursores de los mártires y santos del cristianismo.
Los dioses eran inmortales (nacimiento sin muerte), que se traducía en un estilo de vida particular.
Nacidos unos de los otros y muy numerosos, los dioses formaban una familia, una sociedad, fuertemente jerarquizada.
Justifican las reglas fundamentales que rigen la colectividad, las vuelven inteligibles a los hombres y aseguran su perennidad.
[5] En la sociedad griega, la religión estaba completamente imbricada en todos los dominios de la vida familiar, pública, artística y social.
Los gestos, los comportamientos, las ceremonias de la vida familiar, social y política componían casi siempre un aspecto religioso.
[5] Las obligaciones de la comunidad concernían, en primer lugar, al respeto a la tradición ancestral.
[cita requerida] Además, la expresión theós se usaba originariamente solo en sentido predicativo,[7] designando estados o acciones; es a partir de que los autores judíos escribieran en griego que se comenzó a emplear theós como vocativo para, de esta manera, invocar o dirigirse a los dioses.
Existen varias asociaciones helenistas en Europa y América, destacándose YSEE, Labrys, Círculo Pitagórico, Alexandria, entre otros.