La ciudad antigua

Fustel, en La ciudad antigua, analiza un tema que le interesa ampliamente: las relaciones entre la propiedad y las instituciones político-religiosas.

El ser humano cuenta bien poco ante la autoridad sagrada y casi divina que llamamos "patria" o "Estado".

Las normas de propiedad, herencia, etc., se regían por ese culto.

Por lo tanto, el origen de la ciudad es también religioso, como la práctica de la depuración, periódica ceremonia donde todos los ciudadanos se reúnen para la purificación, y los banquetes públicos en honor a los dioses municipales.

La ciudad fue transformándose durante algún tiempo, hasta su extinción con la llegada del cristianismo.