Es ante todo pública y concierne a la comunidad, de donde surgen sus importantes implicaciones con la vida política.
En un sentido, es imposible afirmar simplemente que los griegos creían en sus mitos y otorgaban un crédito real a sus prácticas.
Los términos griegos a tener en cuenta son los siguientes: εὐ̓σέϐεια eusébeia piedad y ἀσέϐεια asébeia impiedad.
Tres nociones cercanas, sin embargo, son dadas a conocer, y no conviene confundir.
Este término remite a las cosas que permiten la aplicación de las condiciones necesarias para la realización del rito.
No existe, además, clero griego jerarquizado y organizado como institución autónoma, el sacerdocio aparece como una función esencialmente pública.
Caracteriza lo que es definitivamente alejado de la vida cotidiana y del mundo común por su pureza.
Un lugar puede ser definitivamente ἅγιος hágios, es entonces el τέμενος témenos, término derivado del verbo τέμνω, témnô, «cortar», y significando literalmente «cercenado».
El téménos es, en efecto una zona, un lugar, un sitio de tamaño variable que se lo ha separado del dominio humano, volviendo así definitivamente a los dioses.
El espacio del téménos, porque no debe ser mancillado, es rigurosamente delimitado, a menudo groseramente con piedras o la colocación de mojones.
Originalmente, el téménos (su primer sentido está en Homero) designaba también una porción de tierra reservada a los héroes o al monarca para asegurarles sus ingresos.
Se encuentran restos de este informe ambiguo de la sangre en la mitología: Esta ambigüedad entre pureza e impureza puede entrañar una confusión entre los dos estados, lo que solo una paronimia fortuita puede explicar: mancha puede decirse ἄγος / ágos (aunque el término más frecuente sea míasma, ha pasado al español bajo la forma miasma), palabra que los antiguos han obtenido de ἅγιος hágios santo.