Ella había querido casarse con Francis Knollys, quien más tarde fue un importante consejero real, pero el entonces príncipe de Gales prohibió dicho matrimonio.
[4] Aunque era una figura popular a nivel local, tenía una relación tensa con sus hijos y su despilfarro arruinó la fortuna de la familia.
[10] Su tío Robin, aviador de combate, fue derribado y capturado más tarde mientras servía en el Real Cuerpo Aéreo.
Posiblemente bajo la influencia de su padre, presentó un estudio sobre Paul Cézanne, cuyo trabajo aún no era muy apreciado.
Eden admiraba a Herbert Henry Asquith, quien en ese momento vivía su último año como parlamentario en la Cámara de los Comunes, por su lucidez y brevedad.
[49] Escribió artículos para The Yorkshire Post, controlado por su suegro sir Gervase Beckett, bajo el seudónimo de «Backbencher».
Otro miembro era Noel Skelton, quien antes de su muerte había acuñado la frase «democracia propietaria», que Eden popularizaría más tarde como una aspiración del Partido Conservador.
Eden abogó por la asociación conjunta en la industria entre gerentes y trabajadores, a quienes quería que se les dieran acciones.
Eden lo sucedió como secretario después de que Hoare renunciara tras el fracaso del Pacto Hoare-Laval.
Sobre él, llegaría a comentar de su personalidad que «tenía buenos modales naturales, tal vez una herencia georgiana.
Se convirtió en un disidente conservador, al frente de un grupo que el oficial disciplinario del partido David Margesson llamó «Glamour Boys» («los muchachos con encanto»).
[88] En 1944, Eden regresó a Moscú para negociar con la Unión Soviética en la Conferencia Tolstoi, donde mostró su rechazo al Plan Morgenthau para desindustrializar Alemania.
Estados Unidos alentó los movimientos hacia el federalismo europeo para poder retirar tropas y rearmar a los alemanes bajo supervisión internacional.
[96] La mitad del comercio británico se realizaba entonces con la zona de la libra esterlina y solo una cuarta parte con Europa Occidental.
Esas carencias hicieron que delegase este ramo a sus lugartenientes, como Rab Butler, y se concentrase principalmente en la política exterior, formando una estrecha relación con el presidente Eisenhower.
Representantes británicos se reunieron en Londres con delegaciones de otras naciones tras la nacionalización en un intento por resolver la crisis por medios diplomáticos.
Cuando Nutting señaló que no tenían un gobierno alternativo para reemplazar a Nasser, Eden aparentemente respondió: «Me importa una mierda [sic.]
Es imposible leer lo sucedido ahora y no sentir que tenemos la responsabilidad de estar siempre un paso por detrás...
[118] Aunque Eden conocía a Eisenhower desde hacía años y tuvo muchos contactos directos durante la crisis, también interpretó mal la situación.
Eisenhower temía una reacción prosoviética entre las naciones árabes si, como parecía probable, Egipto sufría una derrota humillante a manos de británicos, franceses e israelíes.
En la mañana del alto el fuego, Eisenhower acordó reunirse con Eden para resolver públicamente sus diferencias, pero esta oferta se retiró más tarde después de que el secretario de Estado Dulles advirtiera que podría empeorar aún más la situación en Oriente Próximo.
Churchill, aunque apoyaba públicamente las acciones de Eden, criticó en privado a su sucesor por no llevar la operación militar hasta su conclusión.
Ya en la primavera de 1954, Eden se había mostrado indiferente a cultivar buenas relaciones con la nueva reina.
[135] Eden conservó gran parte de su popularidad personal en el Reino Unido y pensó en regresar al Parlamento.
Según los informes, varios diputados conservadores estaban dispuestos a cederle sus escaños, aunque la jefatura del partido era menos entusiasta.
[138] En julio de 1962, Eden pasó a primera plana y a ser noticia al comentar que «el señor Selwyn Lloyd ha sido tratado horriblemente» cuando este último fue despedido como canciller en la reorganización conocida como la «noche de los cuchillos largos británica».
Si permites que la gente rompa los acuerdos con impunidad, el apetito crece para alimentarse de esas cosas.
[154] Entre 1946 y 1950, mientras estaba separado de su esposa, Eden mantuvo una relación abierta con Dorothy, mujer del conde David Beatty.
[81] En contraste, el líder soviético Nikita Jrushchov comentó que hasta su aventura en Suez, Eden había estado «en la primera clase mundial» de la política.
[170] Las biografías recientes han puesto más énfasis en sus logros en política exterior, percibiendo que tuvo profundas convicciones con respecto a la paz y la seguridad mundiales, así como una fuerte conciencia social.