Conferencia de Nyon

Tres días más tarde, se firmó un segundo acuerdo que trataba sobre los buques y aplicaba provisiones similares.

[3]​ Tras los ataques al crucero alemán Leipzig el 15 y el 18 de junio, Alemania e Italia retiraron sus patrullas.

[4]​[5]​ Gran Bretaña y Francia ofrecieron reemplazarlas en sus secciones patrulladas, pero estas potencias creyeron que tal presencia sería muy parcializada.

[1]​ Esta sería la base para una reunión mediterránea, sugerida por el ministro de Asuntos Exteriores francés Yvon Delbos.

[7]​ El submarino italiano Iride atacó sin éxito al destructor británico Havock, lo que fortaleció la disposición hacia Italia.

[8]​ Los británicos organizaron una conferencia para todas las partes que contaran con una línea costera en el Mediterráneo, junto con Alemania e Italia, el 5 o 6 de septiembre.

En esta línea, mostraron su rechazo a la creación de escuadras multinacionales, repelidos por la idea que sus barcos fueran comandados por extranjeros.

Lo suscribieron Bulgaria, Egipto, Francia, Grecia, Rumanía, Turquía, Reino Unido, la Unión Soviética y Yugoslavia.

[16]​ Las flotas británica y francesa patrullarían las aguas situadas al oeste de Malta, donde podrían atacar a cualquier submarino sospechoso.

[15]​ En lo concerniente al Mediterráneo oriental, Reino Unido y Francia se encargarían de velar por los Dardanelos, pero no por el mar Adriático.

[15]​ Los británicos y franceses sabían que los italianos habían detenido sus operaciones secretas con submarinos,[14]​ pero, aun así, en la noche del 19 al 20 de septiembre se emprendieron acciones para reforzar el acuerdo alcanzado en la conferencia.

[12]​ La Unión Soviética se negó a navegar las rutas patrulladas por los italianos, al mismo tiempo que los turcos, griegos y yugoslavos les denegaron el uso de sus puertos.

[27]​ El patrullaje suponía una carga para la Marina Real británica y las provisiones se redujeron tras el acuerdo con los franceses, que entró en vigor en enero.

[33]​ Los historiadores británicos han solido ver en la Conferencia de Nyon un importante refugio frente a las agresiones, aunque con ciertas reservas.

[35]​ Asimismo, el acuerdo agrandó la brecha entre Eden, en su cartera de Asuntos Exteriores, y Chamberlain, como primer ministro.

[35]​ Maksim Litvínov, representante soviético en la conferencia, quedó satisfecho con el resultado, ya que el acuerdo permitiría el despliegue de más fuerzas militares en el Mediterráneo si fuese necesario.

El resto de naciones creía que haberlos incluido equivaldría a una intervención formal en la contienda.

[37]​ Los alemanes lo recibieron con reservas, aunque la prensa mostró su satisfacción por la exclusión de los soviéticos del patrullaje.

[22]​ Los primeros alabaron el incremento de la seguridad en las rutas marítimas, aunque quedaron defraudados al saber que no se habían concedido derechos bélicos a ambos bandos.