Las Vísperas Griegas (en griego: Νοεμβριανά, «Sucesos de noviembre») es el nombre que reciben los enfrentamientos armados que acontecieron en diciembre (noviembre del calendario juliano entonces vigente en Grecia) entre partidarios del Gobierno realista ateniense y unidades de los Aliados, como consecuencia de las desavenencias políticas que dividían al país respecto a su participación o no en la Primera Guerra Mundial.
Los Aliados temían que existiese algún pacto secreto entre el Gobierno real griego y los Imperios Centrales.
[1] Los Aliados y el monarca griego Constantino I mantuvieron intensas negociaciones a lo largo del verano de 1916.
[nota 1] La inestabilidad política internacional de comienzos del siglo XX, sin embargo, suponía un inconveniente para el país.
El Imperio otomano no reconocía la soberanía griega de las islas que esta había conquistado durante las guerras balcánicas y deseaba recuperarlas.
En el norte, Bulgaria, vencida en la segunda guerra balcánica, buscaba cómo obtener la revancha de Grecia y Serbia, que la habían derrotado.
Debido a las alianzas de estos dos países, el conflicto se transformó en guerra mundial, cuando los coligados de uno y otro (los Imperios Centrales y la Triple Entente) se declararon la guerra mutuamente.
[5] Grecia, al igual que Bulgaria, se mantuvo neutral cuando el conflicto mundial.
Los mandatarios griegos, no obstante, estaban divididos entre los que, como el primer ministro Eleftherios Venizelos, se inclinaban hacia la Entente y los que, como el rey —cuya educación era alemana y que se había casado con la hermana del káiser Guillermo II de Alemania, Sofía de Prusia—, preferían a los Imperios Centrales.
[6] Venizelos era favorable a ello, pero no así el rey ni sus consejeros militares.
[7] Varios meses después, en junio, el Partido Liberal de Venizelos ganó las elecciones y formó un nuevo Gobierno.
Vieron en la invasión enemiga una infracción ed la neutralidad griega y un peligro para el equilibrio militar en los Balcanes.
[1] Para Venizelos y sus partidarios, la entrega del fuerte Rupel suponía la pérdida de la Macedonia griega.
[18] El 9 de junio los Aliados celebraron una conferencia en Londres para estudiar las razones de la entrega del fuerte Rupel al enemigo y las posibles acciones para lograr la desmovilización del Ejército y la Armada griegos.
Además, en su arenga, Venizelos solicitó al rey que adoptase una actitud benevolente y verdaderamente neutral.
[21] Por su parte, el rey se negó a todo pacto y rehusó incluso reunirse con una delegación que le envió Venizelos.
Al nuevo Gobierno lo obedecían el norte de Grecia, Creta y las islas del Egeo.
[23] Según un diplomático británico:[23] Desde el principio, Venizelos siguió pidiendo al rey que se uniese a los esfuerzos conjuntos para liberar Macedonia.
[25] Tras la creación del Gobierno provisional de Salónica se redoblaron los contactos entre el rey Constantino y los Aliados.
Estos deseaban que continuase la desmovilización del Ejército griego y las unidades griegas se retirasen de Salónica para eliminar toda amenaza a las fuerzas que tenían destinadas en Macedonia.
[39] Un grupo creciente de oficiales de baja graduación encabezado por Ioannis Metaxás y Sofoklis Dousmanis se aprestó a oponerse al desarme y negar toda colaboración a los Aliados.
[42] El monarca le respondió que tanto la población como el Ejército estaban en contra del desarme y se limitó a prometer al vicealmirante que las fuerzas griegas no atacarían a las aliadas.
[51] Cuando los combates se extendieron por la ciudad, el rey solicitó una tregua para resolver la crisis.
[51] La batería griega apostada en la colina de Arditos disparó varias veces contra la entrada del Zappeion, donde el vicealmirante francés había fijado su cuartel general.
El vicealmirante Louis Dartige du Fournet escribió que los venizelistas colaboraron con los Aliados y atacaron a algunas unidades del Ejército fieles al rey.
[48] Según el militar francés, la participación de los venizelistas fue tan relevante que en realidad los choques suponían un enfrentamiento civil entre griegos.
En cambio en el Gobierno británico resultó especialmente importante para Grecia, ya que Lloyd George era un conocido filoheleno, admirador de Venizelos y estaba empeñado en resolver la llamada «Cuestión Oriental».
Se movilizó al Ejército (en el que aún existían tensiones entre los partidarios de Constantino y los de Venizelos) y se lo envió a participar en la operaciones aliadas contra los Imperios Centrales en el frente macedonio.
Tras el primer choque importante, la batalla de Skra-di-Legen, los búlgaros abandonaron sus posiciones y comenzaron a retirarse hacia Bulgaria.
Para octubre, los ejércitos aliados habían liberado toda Serbia y se aprestaban a penetrar en Hungría.