La Sinfonía n.º 47 en re mayor, K. 97/73m probablemente fue compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart en 1770, cuando el compositor tenía catorce años.
El padre Leopold Mozart planeó la gira para exhibir a sus prodigiosos hijos, Wolfgang y Nannerl en las principales cortes europeas.
[2] Posteriormente Leopold y sus hijos pasaron en Viena varios meses de 1768 durante los cuales el joven maestro hizo un esfuerzo consciente por adaptar su estilo sinfónico a los gustos del público vienés, adoptando entre otras cosas la estructura en cuatro movimientos.
[3] Una afortunada consecuencia de los largos viajes del compositor en ciernes fue el contacto que le proporcionaron con una generosa muestra representativa de las tradiciones musicales europeas: alemana, británica, francesa e italiana.
En enero de 1779 regresó a su ciudad natal donde creó otras tres sinfonías (n.º 32, 33 y 34) con las que cierra su etapa en Salzburgo.
El casi cuarto de siglo que separa su primera sinfonía de la última -la n.º 41- estuvo marcado por el interés recurrente, si no continuo, del compositor por las posibilidades inherentes a esta forma.
[14] Por otra parte, en la actualidad no se sabe con certeza si las sinfonías KV 95 y KV 97 habían sido concebidas en un primer momento como obras en cuatro movimientos o si por el contrario los minuetos fueron añadidos posteriormente en la sexta edición del catálogo Köchel.
La primera edición fue llevada a cabo en 1881 por el editor Carl Reinecke para la casa Breitkopf & Härtel en Leipzig, que publicó bajo la denominación Wolfgang Amadeus Mozarts Werke, Serie XXIV: Supplemente, Bd.1, No.7, tanto las partes como la partitura completa.
Algunas piezas, como la Sinfonía en fa mayor, K. 76, fueron publicadas en suplementos de la Alte-Mozart Ausgabe hasta 1910.
En las orquestas de aquella época era una práctica común emplear el fagot y el clavecín, si estaban presentes en la orquesta, para reforzar la línea del bajo doblando a los violonchelos y los contrabajos o bien como continuo, incluso sin notación separada.
Esta enérgica sinfonía emplea efectos virtuosísticos desarrollados en la célebre orquesta de Mannheim, tales como las trepidantes escalas en las cuerdas, que se contraponen a la idea básica del movimiento inicial.
Esta influencia coexiste con elementos que eran populares en las óperas bufas italianas de la época.
El segundo movimiento, Andante, está en sol mayor y en compás de 3/4.
Una breve "sección de desarrollo" (compases 15-22) transporta el motivo principal del primer tema a sol, mi, la y re mayor.
Los compases 19 a 22 contienen un nuevo motivo de continuación y anuncian la recapitulación que comienza en el compás 23.
Este "primer tema" se repite antes de que, en el compás 25, se inicie una sección de transición dominada por el trémolo que conduce al segundo tema.