La obertura italiana, también denominada obertura napolitana, es una pieza instrumental que se sitúa al comienzo de una obra más extensa a modo de introducción estructurada en tres tiempos según la secuencia rápido-lento-rápido.
Su origen se remonta a los primeros tiempos de barroco italiano.
Ya en el oratorio Sant'Alessio de Stefano Landi (1632) aparecen pequeñas sinfonías a modo de entreactos que siguen el esquema allegro-adagio-allegro.
De hecho, estas oberturas equivalen a pequeños concerti situados a comienzos de las obras que preludian.
En el mundo operístico del barroco italiano, este tipo de oberturas eran denominadas sinfonie avanti l'opera.