Se le considera protector de las almas del Purgatorio,[1] e intercesor por la justicia, la maternidad, la infancia y la salud.
Fue ordenado sacerdote en 1269 en Cingoli, y pasó a dedicar su vida al apostolado desde Tolentino.
[5] Durante los treinta años que permaneció en Tolentino confesó a todo el pueblo; también visitantes, peregrinos, enfermos y presos.
Por eso Nicolás fue proclamado patrón de las almas del purgatorio en 1884 por el papa León XIII.
Sin embargo, ya a mediados del siglo XIV estaba representado con el halo como símbolo de santidad.
[10] Su cuerpo incorrupto fue presentado en 1345, momento en el que le fueron amputados ambos brazos para la construcción de un relicario.