Los puentes Cestio y Fabricio, construidos en el siglo I a. C. uniendo la isla con las orilla derecha e izquierda del río respectivamente, aumentaron aún más la importancia de la zona.
[12] Por último, los cardadores y los desmochadores tenían sus talleres en la iglesia de San Valentino,[13] mientras que los pescaderos tenían su mercado en la Via del Portico d'Ottavia, donde vendían el pescado sobre unas tablas de mármol que eran alquiladas a alto precio por las familias nobles romanas.
[18] También en esta época otras familias nobles, como los Costaguti, los Santacroce y los Serlupi, decidieron construir sus residencias en Sant'Angelo.
Los cristianos que eran propietarios de los edificios situados en el interior del recinto pudieron mantener la propiedad pero, gracias al llamado jus gazzagà (derecho de posesión), no podían ni echar a los inquilinos ni aumentar los alquileres.
Las tres iglesias que se situaban en el Gueto fueron desconsagradas y demolidas poco después de su construcción.
[25] También podían ejercer préstamos a garantía, y esta actividad provocaba el odio de los romanos contra ellos.
En el juego del lotto, podían jugar solo números bajos (de uno a trenta) y pertenecientes a la misma decena,[26] tanto que, cuando se extraían números de este tipo, los romanos decían que en el Gueto ese día era fiesta grande.
Con esta «ceremonia», la comunidad judía recibía el permiso de permanecer otro año en la ciudad eterna.
[31] En el momento de su construcción, en el Gueto (como en casi toda Roma) no había agua corriente.
No obstante, algunos años después los pontífices hicieron construir en el rione varias fuentes,[32] y una de ellas fue colocada en la Piazza Giudea.
Desafortunadamente, la caída de Napoleón hizo que los judíos volvieran al recinto amurallado.
Aunque los judíos eran ya ciudadanos libres, el Gueto estaba abarrotado como antes por la comunidad israelita,[36] pero las siempre precarias condiciones higiénicas impulsaron a una solución radical.
La única parte de Sant'Angelo que puede dar todavía una idea del viejo gueto es la situada a lo largo de la Via della Reginella, incluida en el recinto a principios del siglo XIX.
[37] Durante los años veinte del siglo XX, Sant'Angelo fue afectado por el gigantesco programa de demoliciones puesto en práctica por el régimen fascista.
Desaparecieron así muchos callejones y plazas pintorescas, pero, por otra parte, salieron de nuevo a la luz varios templos romanos.
[38] Además, se pudieron restaurar con cuidado bellísimas casas medievales hasta ese momento escondidas bajo añadidos posteriores.
Mientras que la parte septentrional del rione, con su laberinto de callejones estrechos y solitarios que la protegen del tráfico, mantiene un carácter exclusivamente residencial, la parte meridional se sigue caracterizando por la fuerte presencia judía.