[4] Se convirtió en seguidor del republicanismo irlandés e introdujo armas en Irlanda ocultas en su yate Asgard.
A pesar de que Erskine era un admirador de su primo Hugh Childers, miembro del Gabinete británico que trabaja apoyando la Home Rule irlandesa, en esta época hablaba vehementemente contra la política en los debates universitarios.
[9][10] Como muchos hombres de su clase y educación, Childers era originalmente un devoto creyente del Imperio británico.
Había publicado trabajos críticos sobre la política británica en Irlanda y en sus posesiones sudafricanas.
[28] Fue destinado al HMS Engadine, un portahidroaviones de la Harwich Force, como instructor en navegación costera, nuevamente para pilotos recién entrenados.
[35] Al final de la visita oficial decidió quedarse y explorar Nueva Inglaterra en una motocicleta alquilada.
Childers regresó a Londres con su mujer y recuperó su cargo en la Cámara de los Comunes.
[38] Por su parte, Molly desarrolló una fuerte admiración por Gran Bretaña, sus instituciones y, como ella entonces lo vea, su disposición para ir a guerra contra naciones poderosos en defensa de otros países más débiles.
[43] Los primeros trabajos publicados por Childers fueron algunas historias ligeras de detectives con las que contribuyó al Cambridge Review mientras fue su editor .
[47] Su salida estuvo bien calculada para aprovechar el interés del público en la guerra, que continuó hasta mayo de 1902, y tuvo unas ventas sustanciales.
[51] Tremendamente popular, el libro nunca ha dejado de imprimirse y en 2003, se publicaron varias ediciones por su centenario.
Fue un libro extremadamente influyente: Winston Churchill afirmó posteriormente que fue uno de los principales argumentos que llevó al Almirantazgo a establecer bases navales en Invergordon, Rosyth en el Fiordo de Forth y Scapa Flow en las Orkney.
[27] Influyó también de manera notable autores como John Buchan[56] y Eric Ambler.
[57] El vecino de Childers, Leo Amery, era editor de History of the War in South Africa del The Times, y tras convencer a Basil Williams para que escribiera el cuarto tomo del trabajo, consiguió convencer a Childers para que preparara el quinto.
Este rentable encargo ocupó mucho del tiempo libre a Childers hasta su publicación en 1907.
[58] Resaltó los errores políticos y militares británicos por contraste con las tácticas de guerrilla usadas por los bóeres.
Todo el mundo estaba de acuerdo en que la caballería debería recibir entrenamiento para el combate a pie con armas de fuego, pero los tradicionalistas aún pensaban que la caballería debía ser entrenada como arme blanche, cargando con lanzas y sables.
[60][61] German Influence on British Cavalry (1911)[5] fue la réplica de Childers a War and the Arme Blanche, del general prusiano Friedrich von Bernhardi, escribiendo en una alianza improbable con el general británico John French, que había comandado exitosas cargas de caballería en Elandslaagte y Kimberley.
[62] A pesar de que la visión tradicional parece absurda a posteriori, fue restablecida cuando Roberts se retiró y French y su protegido el Mayor-General Haig accedieron al Alto Mando.
Un problema planteado por el libro, es que este asumía la extensión del autogobierno a toda la isla de Irlanda, según la propuesta formulada en 1911.
Esta asunción incluía a los condados que rodeaban Belfast, más ricos e industrializados.
[71] Su amigo y biógrafo, Basil Williams se dio cuenta de sus crecientes dudas hacia las acciones británicas en Sudáfrica mientras ambos estaban en campaña juntos: «Nosotros dos, que llegamos como rígidos Tories, empezamos a tender hacia ideas más liberales, en parte por la ... democrática compañía que manteníamos, pero principalmente, pienso, por nuestras discusiones sobre política y la vida en general».
«Me he vuelto», escribió a Basil Williams, «final e immutablemente un converso al Home Rule (…) Aunque ambos fuimos educados empapados en el Unionismo más irreconciliable».
Glendalough era la elección obvia y se reunió allí con su primo Robert Barton.
Desde este punto de vista, la misión fue infructuosa, y Childers regresó nuevamente a Londres.
En las elecciones de 1921, fue elegido (sin oposicíon) al Segundo Dáil como miembro del Sinn Féin por la circunsripción de Kildare–Wicklow, y publicó el panfleto Is Ireland a Danger to England?, en el que atacaba al primer ministro británico David Lloyd George.
Se presentó como candidato anti-Tratado por el Sinn Féin en las Elecciones de 1922 pero perdió su escaño.
Según O'Connor, fue apartado por los anti-tratado, que se referían a él como «ese maldito inglés».
[92] Sus palabras finales, dirigidas al pelotón, fueron: «Den uno o dos pasos hacia adelante, chicos, será más fácil así».
Winston Churchill, que había presionado a Michael Collins y al gobierno del Estado Libre para aplastar la rebelión si querían que el tratado funcionara, expresó la opinión de que, «Ningún hombre ha hecho más daño o mostrado malicia más genuina o intentado traer una mayor maldición sobre el pueblo común de Irlanda que este ser extraño, activado por una aversión mortífera y maligna hacia su tierra natal».