[7] En 2017 se anunció que la Fiscalía General de la Nación identificó plenamente los restos del magistrado auxiliar Emiro Sandoval.[9][10][11]La toma y retoma han sido calificadas como una masacre por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).[19] El presidente Belisario Betancur se había comprometido a lograr la paz con los grupos alzados en armas.En noviembre de 1983 se reunió en Madrid (España) con los comandantes del M-19, Iván Marino Ospina y Álvaro Fayad, que constituyó la primera vez que un presidente colombiano en ejercicio se reunía con guerrilleros alzados en armas.Días antes de la toma, se almacenaron en la cafetería del Palacio Justicia unos 1500 pollos, algo que después levantaría sospechas.[55][56] Además los magistrados también llevaban procesos judiciales y condenas contra miembros de las Fuerzas Militares.[64] Las unidades del Ejército Nacional que intervendrían en las horas siguientes estaban conformadas por la XIII Brigada, comandada por el general Jesús Armando Arias Cabrales.[1] Jacquin hizo una llamada telefónica desde el tercer piso a Luis Otero, que se encontraba en una casa en el barrio Calvo Sur de Bogotá, en la dirección calle 6a Sur n.º 8 -42 avisándole que ya estaba dentro y podía proceder.Desde la casa, Otero y otros 27 guerrilleros más se desplazaron en tres vehículos hacia el edificio del Palacio de Justicia.En los despachos estaban los magistrados Fabio Calderón Botero, Alfonso Reyes Echandía, Pedro Elías Serrano Abadía y Darío Velásquez Gaviria.En la Sala Laboral se encontraban los magistrados Fanny González Franco, José Eduardo Gnecco Correa y Nemesio Camacho Rodríguez.Se encontraban el administrador de la cafetería, Carlos Augusto Rodríguez Vera, la cajera Cristina del Pilar Guarín, los meseros Héctor Jaime Beltrán y Bernardo Beltrán, la empleada Gloria Estela Lizarazo, el chef David Suspes y la empleada Luz Mary Portela.También se encontraban visitando o para citas la contratista Norma Constanza Esguerra y Gloria Anzola de Lanao.Un camión reventó el separador metálico de la portería del parqueadero que da frente a la carrera octava, seguido por dos vehículos que conducían personas vestidas con camuflados de las fuerzas militares colombianas y armadas con rifles.[68] Varios analistas consideraban que si Betancur accedía a las peticiones de los guerrilleros, el gobierno quedaría mal ante la opinión pública nacional e internacional.Las estaciones de radio y algunos noticieros continuaron transmitiendo la información en directo, sin embargo, nuevamente la ministra volvió a dar la orden de impedir que se siguiera transmitiendo por radio lo que estaba sucediendo.Los guerrilleros del M-19 se refugiaron en el cuarto piso junto a algunos rehenes, realizaron llamadas telefónicas al Palacio de Nariño, sede presidencial, y a varios medios de comunicación, para hacer conocer sus exigencias.Minutos más tarde, un grupo de soldados del Batallón Guardia Presidencial entró al Palacio para sacar los cadáveres de dos vigilantes, mientras un oficial y un suboficial recuperaban la ametralladora del vehículo blindado Urutú.Cinco minutos después, Álvaro Villegas Moreno, presidente del Congreso, hablaba por teléfono con Reyes Echandía y el magistrado Pedro Elías Serrano, quienes le solicitaron pedirle a Betancur el cese al fuego.Reyes Echandía seguía pidiendo el cese al fuego, secundado por otros magistrados a través de la radio.Media hora más tarde, un helicóptero logró evacuar a algunos policías del Copes y el GOAS heridos.Una grabación que data de aproximadamente la misma hora, los comandantes del Ejército Nacional comentaban:[75]Las personas que se hallaban allí gritaron pidiendo el cese al fuego y la presencia de la Cruz Roja.Quince minutos más tarde, los bomberos llegaban para tratar de sofocar las llamas, pero sus esfuerzos resultaron inútiles mientras el palacio era consumido.Desde adentro, los del ejército y los magistrados intentaban apagar el incendio con mangueras de emergencia.A las 7:00 AM (UTC-5) Betancur aceptó dialogar con los subversivos y ordenó al director de la Policía Nacional Carlos Martínez Sáenz darles el mensaje, Reyes Echandía había logrado comunicarse con Martínez y este afirmó haber dado la orden de cese al fuego, pero argumentando problemas de comunicación la orden no se había cumplido.Acudieron al palacio de justicia a realizar una investigación cuando fueron sorprendidos por el asalto.Posteriormente, según dichas declaraciones, fueron enterrados en fosas comunes ubicadas al sur de Bogotá.[120][121] Los militares condenados por las desapariciones han sido: Edilberto Sánchez Rubiano, Óscar William Vásquez Rodríguez, Antonio Rubay Jiménez Gómez, Luis Fernando Nieto Velandia y Ferney Ulmardín Causayá Peña.En la actualidad aún sigue existiendo mucha incertidumbre sobre lo que ocurrió durante la toma y los desaparecidos.
La
Casa Museo del 20 de julio
fue utilizada por el General
Edilberto Sánchez
, jefe del B-2, para coordinar operaciones de retoma del Palacio de Justicia. Además el Museo fue el lugar a donde el ejército llevó muchos de los sobrevivientes de la toma, muchos de ellos nunca llegaron a sus casas. Las siluetas sobre los muros del Museo aluden a fotografías que muestran a personal escapando del Palacio de Justicia en el momento de la toma.
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Máquina de escribir y máquina de café incineradas, rescatadas de los escombros del palacio. Museo Nacional de Colombia.
Las ruinas del Palacio permanecieron intactas durante cuatro años, hasta que fue reconstruido totalmente en 1990.