Los veranos son cálidos, con máximas generalmente superiores a los 30 °C, que pasan habitualmente los 35 °C, y superan los 40 °C en algunos eventos cálidos; las mínimas suelen ser inferiores a los 20 °C, pero no son raras las noches tropicales en las que no descienden de esta marca.Su cronología abarca desde el año 750 al 500 a. C. aproximadamente, momento en que fue totalmente arrasado por el fuego.[6] Aunque no es hasta 1118 cuando Quinto aparece documentado por vez primera, en el año de su reconquista por Alfonso I el Batallador.Años más tarde, durante el reinado de Martín I, este concedió el condado de Luna a su nieto don Fadrique, del que se hizo cargo en torno a 1412; esto fue así hasta 1430, cuando fue desposeído del condado por el rey Alfonso V, ante el que se había rebelado.En dicha época comenzó a construirse la antigua iglesia parroquial de la Asunción.Desde entonces y hasta el siglo XVII, Quinto fue propiedad de la familia Funes.Al quedar el frente establecido en Quinto, durante cerca de catorce meses se libraron numerosos e intensos combates en sus inmediaciones.Ello supuso la práctica devastación de la villa por los bombardeos artilleros y aéreos, sobre todo durante las dos ofensivas.Finalizada la guerra, gracias a las actuaciones llevadas a cabo por el organismo estatal de Regiones Devastadas y al tesón de los quintanos, la villa fue recuperando la normalidad.[13] La bandera tiene una proporción 2:3, blanco en su tercio al asta y azul en los dos restantes.[4]El edificio, tal como se observa en la actualidad, es producto de varias fases constructivas.Tras la Guerra, Regiones Devastadas consolidó sus ruinas para su mejor conservación como Monumento Histórico.El actual edificio es de estilo barroco, probablemente del siglo XVIII, si bien fue reconstruida tras la guerra civil.La antigua ermita de Matamala se encuentra a casi 4 km del pueblo, emplazada entre la vía del ferrocarril y la carretera de Quinto a Sástago, junto al río Ebro.Esta ermita sufrió varios recortes, lo que unido al peligro derivado del incremento del tráfico tanto en la carretera como en el ferrocarril, llevó a erigir en 2001 una nueva ermita de diseño funcional en un distinto paraje.Se puede adivinar que tuvo planta rectangular —de unos 25 x 20 m— y se distinguen las ruinas de una torre de planta cuadrada situada en el lado este.El museo expone un conjunto de cuerpos momificados de forma natural y que datan del siglo XVIII y principios del XIX.