Fogaje de 1495

Con este fin se dividió Aragón en doce sobrecollidas[1]​ (divisiones fiscales administradas por un sobrecollidor) y se encargó una investigación de la población aragonesa que recontara los fuegos del reino.

Para esto último era necesario que un comisario visitase todos los lugares habitados acompañado de un notario que diese fe de ello, así como de una patrulla militar, pues en algunos sitios no eran bien recibidos ya que el recuento iba a servir para cobrar impuestos.

Las sobrecollidas fueron: Zaragoza, Alcañiz, Montalbán, Teruel-Albarracín, Daroca, Calatayud, Tarazona, Huesca, Jaca, Aínsa, Barbastro y Ribagorza.

La sisa doble fue de 16, 22 y 33 sueldos por fuego, respectivamente.

También aparecen fuegos moriscos, que en algunos sitios son mayoría e incluso llegando a haber lugares habitados solo por ellos.