Mordedura de serpiente

[1]​ Las serpientes con frecuencia muerden a su presa como un método de caza, pero también pueden morder como defensa contra los depredadores.

Dado que el aspecto físico de las serpientes venenosas puede variar, no existe forma práctica de identificar estas especies y evaluar si se debe buscar atención médica profesional.

[2]​[3]​ La recomendación es informarse si se habita o pasea por una zona con presencia de ofidios, para conocer las precauciones a tomar y las acciones a tener en cuenta en caso de accidente ofídico.

Si se descuida, una infección puede diseminarse y posiblemente causar la muerte de la víctima.

[6]​ Cobras escupidoras y Hemachatus haemachatus pueden escupir veneno en los ojos de sus víctimas.

El veneno emitido por elápidos, incluyendo serpientes marinas, búngaros, cobras, cobra real, mambas, y muchas de las especies de Australia, contienen toxinas que atacan el sistema nervioso, causando neurotoxicidad.

[6]​ Los problemas del sistema nervioso pueden provocar una gran variedad de síntomas, y los que se describen aquí no son exhaustivos.

[5]​ El tejido muscular empieza a morir por todo el cuerpo, una condición conocida como rabdomiólisis.

Serpientes pueden suministrar una «mordedura en seco» en lugar de perder su veneno en una criatura demasiado grande para ser consumida.

[15]​ Incluso sin veneno, algunas serpientes constrictoras, en particular las grandes, como las que pertenecen a las familias Boidae y Pythonidae, pueden infligir moderduras dañinas; las serpientes grandes a menudo causan severas laceraciones, cuando la víctima o la serpiente se alejan, causando el desgarre del tejido por los dientes afilados y recurvados incrustados en la víctima.

[17]​ Algunos científicos sugieren que las serpientes evolucionaron los mecanismos necesarios para la producción y entrega de veneno en algún momento durante el Mioceno.

Cuando los pastizales abiertos sustituyeron a las zonas boscosas en diferentes partes del mundo, algunas familias de serpientes evolucionaron y se convirtieron en serpientes más pequeñas y por lo tanto más ágiles.

[6]​[20]​ Anteriormente, se consideraba que el veneno de una serpiente en particular pertenecía a una sola clase, ya sea hemotóxica o neurotóxica, y esta creencia errónea todavía puede persistir donde el acceso a la literatura actualizada es difícil.

La potencia del veneno —medida por la dosis letal media (LD50) en ratones— difiere marcadamente entre las especies y más aún entre las familias.

Las serpientes son más propensas a morder cuando se sienten amenazadas, asustadas, provocadas, o cuando no tienen forma de escapar al verse acorraladas.

Un encuentro con una serpiente es siempre peligroso, y se recomienda alejarse de ella.

Sin embargo, esto generalmente sólo se aplica a Norteamérica, ya que algunas serpientes más grandes y más agresivas en otras partes del mundo, tales como la cobra real[22]​ y la mamba negra[23]​ suelen proteger sus territorios.

Al tratar con un encuentro directo, es mejor permanecer quieto e inmóvil.

Si la serpiente aún no ha huido, es importante alejarse lentamente y con precaución.

Serpientes también pueden ser inusualmente activas durante noches cálidas en especial cuando la temperatura del ambiente supere los 21 °C.

Al escalar, no es seguro de agarrar repisas y grietas sin examinarlas primero, ya que las serpientes son ectotérmicas y a menudo toman el sol sobre cornisas de piedra.

Por ejemplo, en general una mordedura por la cabeza de cobre norteamericana en el tobillo es una lesión moderada para una persona sana adulta, pero una moderdura por la misma serpiente en el abdomen o la cara de un niño puede ser mortal.

Es preferible que se aplique la presión con una venda elástica, pero en una emergencia puede utilizarse cualquier tipo de tela.

No se debe cortar el flujo sanguíneo, o incluso no debe ser incómodo; si fuera incómodo, la persona inconscientemente flexionará las extremidades, derrotando a la parte de la inmovilización de la terapia.

El suero antiofídico se inyecta en la persona de forma intravenosa, y actúa uniéndose a las enzimas del veneno para neutralizarlas.

Aunque algunas personas pueden desarrollar graves reacciones adversas al suero antiofídico, como anafilaxis, en situaciones de emergencia esto es generalmente tratable y por lo tanto los beneficios superen las posibles consecuencias de no usar suero antiofídico.

Los siguientes tratamientos han sido recomendados en un momento u otro, pero actualmente se considera que son ineficaces o peligrosos por completo.

[1]​ Los colúbridos, la familia de serpientes más diversa y ampliamente distribuida, cuenta con aproximadamente 700 especies venenosas,[50]​ pero solo cinco géneros —Dispholidus, Thelotornis, Rhabdophis, Philodryas, y Tachymenis— han causado muertes humanas.

[1]​ A nivel mundial las mordeduras de serpiente ocurren con mayor frecuencia en la temporada del verano, cuando las serpientes son activas y los seres humanos salen al aire libre.

[55]​[58]​[59]​ Se ha sugerido que Boris III de Bulgaria, quién se alió con Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, podría haber sido asesinado con veneno de serpiente,[55]​ aunque no existe evidencia definitiva.

Los síntomas más comunes de cualquier tipo de envenenamiento de serpiente. [ 8 ] [ 9 ] ​ Sin embargo, hay una gran variación en los síntomas entre las moderduras de los diferentes tipos de serpientes. [ 10 ]
Severa necrosis de los tejidos causada por la mordedura de Bothrops asper y un tratamiento inadecuado, después del cual se necesitaba efectuar una amputación encima de la rodilla. La víctima, un niño de once años de edad, mordido dos semanas antes en el Ecuador , sólo fue tratado con antibióticos . [ 11 ]
Señalización en el Parque Sylvan Rodríguez en Houston, Texas , advirtiendo de la presencia de serpientes.
Una víbora de Russell está siendo «ordeñada». Los laboratorios utilizan el veneno que se extrae de la serpiente para producir sueros antiofídicos , que es a menudo el único tratamiento eficaz para mordeduras de serpientes potencialmente mortales.
Equipo anticuado que no se debe utilizar.
Según la tradición, Cleopatra VII se suicidó con una mordedura de serpiente en su seno izquierdo, como se ve en esta pintura de 1911 por el artista húngaro Gyula Benczúr .