La especie es tanto terrestre como arborícola; habita en sabanas, zonas boscosas, laderas rocosas y, en algunas regiones, bosques densos.
Es capaz de atacar a una distancia considerable y puede producir varias mordeduras en rápida sucesión.
[6][7] En Tanzania, un nombre local en lengua ngindo (una variante del bantú) es ndemalunyayo 'cortador de hierba' porque supuestamente corta el pasto.
[2] En 1896 el zoólogo anglo-belga George Albert Boulenger incluyó la mamba verde oriental (Dendroaspis angusticeps) en Dendroaspis polylepis,[10] un agrupamiento que permaneció vigente hasta 1946, cuando la herpetóloga sudafricana Vivian FitzSimons volvió a desglosarlas en especies distintas.
Ocasionalmente muestran manchas oscuras que pueden formar franjas oblicuas a los lados.
Los ojos varían entre el marrón grisáceo y los tonos negros; la pupila está rodeada de un color blanco plateado o amarillo.
[14][16][23][13] En la naturaleza, las mambas negras rara vez toleran que los humanos se acerquen a menos unos cuarenta metros.
[14] Su tamaño y su capacidad para levantar la cabeza a gran distancia del suelo le permite lanzar hasta un 40 % de su longitud corporal hacia arriba, por lo que las mordeduras de mamba a los seres humanos pueden producirse en la parte superior del cuerpo.
[11] Los machos rivales compiten entre ellos, tratando de someter a los demás entrelazando sus cuerpos y luchando con el cuello.
La hembra indicará que está lista para aparearse levantando la cola y manteniéndose quieta.
La cópula puede durar más de dos horas y la pareja permanece inmóvil, salvo los ocasionales espasmos del macho.
[23][17] Suele cazar desde una guarida permanente, a la que regresa regularmente si no detecta ninguna alteración en el entorno.
Su potente sistema digestivo puede digerir completamente a la presa entre ocho y diez horas.
[14][16][11][13] Los humanos, debido al temor que provocan, matan estas serpientes por miedo a su mordedura, no para comerlas.
[27][23] Debido a su potente veneno, las mambas negras adultas tienen pocos predadores naturales aparte de las aves rapaces.
[28][27] Sin embargo las jóvenes tienen más predadores, como la serpiente de El Cabo (Mehelya capensis), que es inmune a su veneno y puede cazar ejemplares lo suficientemente pequeños para poder tragárselos,[11][27] o las mangostas, relativamente inmunes a su veneno y lo suficientemente rápidas para evitar que les pique, también pueden cazar ocasionalmente ejemplares jóvenes,[29][30] al igual que el tejón melero (Mellivora capensis).
Durante este período, 5 de cada 38 personas mordidas por mambas negras y que recibieron antisuero murieron.
La serpiente tiende a morder varias veces y soltarse, por lo que puede haber múltiples heridas de punción.
[27][42] El veneno contiene fundamentalmente neurotoxinas y los síntomas se manifiestan por lo general al cabo de diez minutos.
[24] Entre los primeros signos neurológicos que indican envenenamiento grave están un regusto metálico, ptosis palpebral y síntomas graduales de parálisis bulbar (afecta a las neuronas motoras inferiores del tallo cerebral);[43] otros síntomas neurológicos pueden ser miosis, visión borrosa o reducida, parestesia, disartria, disfagia, disnea, dificultad para controlar la saliva, pérdida de reflejo faríngeo, fasciculaciones, ataxia, vértigo, somnolencia y pérdida de la conciencia y parálisis respiratoria.
[42] La mordedura de una mamba negra puede colapsar a un ser humano en 45 minutos o menos.
[41] Dado que su veneno contiene potentes neurotoxinas, de acción rápida y potencialmente letal, ante una mordedura de estas serpientes es necesario el traslado a un hospital o clínica tan pronto como sea posible.