Depredador de emboscada
La emboscada suele ser oportunista y puede prepararse escondiéndose en una madriguera, camuflándose, imitando de forma agresiva o utilizando una trampa (por ejemplo, una telaraña).Los depredadores nocturnos que tienden emboscadas, como los gatos y las serpientes, tienen pupilas con hendiduras verticales que les ayudan a calcular la distancia a la presa en condiciones de poca luz.[2] Las emboscadas suelen basarse en la ocultación, ya sea manteniéndose fuera de la vista o mediante el camuflaje.[7][4][5][8] Las arañas tramperas excavan una madriguera y sellan la entrada con una tela trampilla abisagrada por un lado con seda.La parte superior de la puerta suele camuflarse eficazmente con materiales locales, como guijarros y palos.Cuando la araña utiliza la trampa para capturar presas, sus quelíceros (piezas bucales que sobresalen) mantienen cerrada la puerta por el extremo más alejado de la bisagra.[4][5] Muchos depredadores emboscados utilizan el camuflaje para que sus presas puedan acercarse sin detectar su presencia.[9] Entre los peces, el Gillellus uranidea se entierra casi por completo en la arena y espera a sus presas.Esta estrategia se denomina mimetismo agresivo, que utiliza la falsa promesa de alimento para atraer a la presa.Los huevos se depositan en la tierra, a menudo en cuevas o bajo un saliente rocoso.[27][28] Algunas arañas que tejen telarañas, aunque no todas, son depredadoras de emboscada.Por ejemplo, las víboras de fosetas se alimentan de pájaros pequeños, eligiendo objetivos del tamaño adecuado para su boca abierta, mientras que las serpientes más grandes eligen presas más grandes.[38] Todos los camaleones son principalmente insectívoros y se alimentan proyectando balísticamente sus lenguas, a menudo dos veces la longitud de sus cuerpos, para capturar presas.Los peces rana capturan a sus presas abriendo bruscamente las mandíbulas, con un mecanismo que amplía el volumen de la cavidad bucal hasta 12 veces y arrastra a la presa (crustáceos, moluscos y otros peces enteros) hacia la boca junto con el agua; las mandíbulas se cierran sin reducir el volumen de la cavidad bucal.