Narra la historia del joven reportero Tintín, su perro Milú y el capitán Haddock que continúan sus esfuerzos en rescatar al profesor Tornasol, secuestrado en Las siete bolas de cristal viajando a través de pueblos, montañas y bosques andinos antes de encontrar una civilización inca oculta.Tintín aborda el barco y oye decir a Chiquito, ex asistente del general Alcázar y uno de los secuestradores, que Tornasol será ejecutado por usar un brazalete perteneciente al rey inca momificado Rascar Capac.Zorrino informa a Tintín y al Capitán que Tornasol ha sido llevado al Templo del Sol, que se encuentra en lo más profundo de los Andes, y se ofrece a conducirlos allí.Zorrino se salva del castigo cuando Tintín le da el medallón de Huascar, pero Tintín y Haddock son sentenciados a muerte por el príncipe Inca, acusados de intrusión sacrílega.Sin embargo, Tintín ha elegido la hora de su ejecución sabiendo que coincidirá con un eclipse solar; cuando éste se produce, los incas, aterrados, creen que Tintín domina al Sol.Tintín grita al Sol que regrese y cuando el eclipse cesa los tres son liberados rápidamente.El príncipe ordena a Chiquito destruir las figuras de cera y, en ese preciso momento, en Europa, los siete exploradores se despiertan.Después de jurar mantener la existencia del templo en secreto, Tintín, Haddock y Tornasol regresan a casa, mientras que Zorrino permanece en el templo inca, aceptando una oferta para vivir entre ellos.Esta no era la primera vez que Hergé se había inspirado en esta historia de los tabloides, ya que lo había hecho anteriormente cuando escribió Los cigarros del faraón.[14] Hergé se había visto obligado a abandonar la historia después de 152 tiras, el equivalente a cincuenta páginas del volumen de libros publicados más tarde.[15] Tres días más tarde todo el personal fue despedido y se presentó un nuevo equipo editorial.[21] De esta manera, copió con exactitud pequeños detalles sobre el traje andino y la cultura material.[23] Hergé envió a su asistente, Edgar P. Jacobs, al Museo del Cincuentenario para estudiar sus colecciones de material inca[22] y también utilizó a Jacobs como modelo para varias de las poses que adoptan los personajes en la historia.que cubría temas como la geografía, historia y religión, cada bloque fue firmado en nombre de Tintín.[37] Mientras escribía El templo del Sol, Hergé decidió que quería trasladarse a Argentina, y concentró su atención en completar todas las comisiones pendientes para que pudiera concentrarse en su partida.[13] Después de que la historia terminara la serialización, la editorial Casterman la dividió en dos volúmenes, Les Sept Boules de Cristal y Le Temple du Soleil, que lanzaron en 1948 y 1949 respectivamente.[44] El nuevo formato también condujo a un error en la representación del eclipse solar.En la serialización original de la revista, Hergé había representado la luna que se movía a través del sol en la dirección correcta para el hemisferio sur.[45] Sin embargo, en la publicación del libro, los dibujos habían sido alterados, con la luna moviéndose ahora en la dirección incorrecta.[46] El libro fue prohibido por las autoridades peruanas porque, en el mapa de América del Sur que contenía, una región cuya propiedad fue disputada por Perú y Ecuador fue mostrada como parte de este último país.Pensaron que esta mejora era particularmente evidente en las escenas de la caminata por los Andes en El templo del Sol.De esta manera anticipaba los temas que haría uso en Tintín en el Tíbet.[60] En 1991 se produjo una segunda serie animada basada en Las aventuras de Tintín, esta vez como una colaboración entre el estudio francés Ellipse y la compañía de animación canadiense Nelvana.Dirigida por Stéphane Bernasconi, la serie ha sido elogiada por ser «generalmente fiel» a los cómics originales, en la medida en que la animación fue adoptada directamente de las tiras originales de Hergé.Didier Van Cauwelaert adaptó el musical al francés y luego se estrenó un año más tarde en Charleroi como Tintin - Le Temple du Soleil.
El dios
Viracocha
. Hergé utiliza esta ilustración para dar por finalizado
El templo del Sol
.
Túnel de
La Oroya
. Esta ilustración de
Charles Wiener
(París, Hachette, 1880) fue utilizada por Hergé para la escena en la que Tintín y Haddock sufren el sabotaje en el ferrocarril.