Este encuentro con Brel marcó el inicio de una colaboración que se prolongaría hasta la desaparición de Brel en 1978.
Rauber convenció a Brel para que no tocara la guitarra en escena.
El cantautor belga y Rauber se entendían muy bien también en el plano personal; Rauber era el padrino de Isabelle, la hija de Brel.
Además de su actividad como arreglista titular de Brel, Rauber trabajó a lo largo de los años 60 con otros artistas, entre los que se encuentran Anne Sylvestre, Barbara, Juliette Gréco, Georges Moustaki, Isabelle Aubret, Pierre Selos y Charles Aznavour y, posteriormente, Sting.
Igualmente, compuso música para películas y obras clásicas.