Investigación reprimida en la Unión Soviética

La investigación científica oficialmente reprimida en la Unión Soviética se refiere a aquellas disciplinas humanísticas y científicas que estaban sujetas a un severo control ideológico en la URSS, en particular durante los tiempos de Iósif Stalin como el líder del Estado.

Una parte importante de la investigación debía estar fundada en la base filosófica del materialismo histórico marxista.

Las ciencias humanísticas en particular, como la historia, la sociología y la economía, eran especialmente controladas para comprobar su estricta concordancia con los principios de materialismo histórico marxista-leninista.

La investigación científica que era particularmente prohibida era aquella vista como “ideológicamente incorrecta”, porque tendía a contradecir las tesis del materialismo histórico marxista.

La genética fue denominada como "la prostituta del capitalismo" (продажная девка капитализма, transliterado como prodázhnaya devka kapitalizma) y fue estigmatizada como una “ciencia fascista” señalando su cercanía a la eugenesia, la cual era popular en la Alemania nazi, uno de las grandes archirrivales ideológicos comunistas.

Incluso se ha llegado a alegar que el hecho de que la genética temprana haya estado relacionada al sacerdote católico Gregor Mendel contribuyó al repudio de ésta por parte del militantemente ateísta régimen soviético.

En 1951, ya hacia fines del prolongado período estalinista, tuvo lugar otro intento de reformar la química orgánica y acercarla al lysenkoismo.

La cibernética también fue ilegalizada, al ser considerada una pseudociencia burguesa, que “mecánicamente igualaba los procesos de la naturaleza viva, a sociedad y los sistemas técnicos, por los que estaba contra el materialismo dialéctico y la moderna fisiología científica desarrollada por Iván Pavlov.

[4]​ La subsiguiente obra, que enumeraba los principios del propio Stalin en ese campo, fue un pequeño ensayo titulado “El marxismo y las cuestiones lingüísticas”.

La pedología soviética era una combinación entre la pedagogía y la psicología del desarrollo humano, que dependía fuertemente en la realización de varias pruebas o tests específicos.

El líder supremo Iósif Stalin firmó un decreto en 1931 en el que identificaba formalmente al materialismo dialéctico con el marxismo-leninismo haciendo de este la única filosofía oficial, la que después del triunfo soviético en la Gran Guerra Patria (nombre del Frente Oriental del a Segunda Guerra Mundial), habría de pasar los otros regímenes marxistas de Europa Oriental.

Siguiendo la ya tradicional fraseología que había sido heredada de la Segunda Internacional, los nuevos oponentes también serían etiquetados como revisionistas.

Por esa razón, algunos “sovietólogos famosos como Józef Maria Bocheński y Gustav Wetter, llegaron a afirmar que la filosofía de la URSS se había convertido en un mero dogma.

Se hicieron especialmente conocidos por su extremo antisemitismo los académicos Iván Vinográdov y Lev Pontriaguin.

[14]​ Y aún durante la era en que fue permitida su práctica, siempre fue forzada a estar dominada por la filosofía marxista.

[15]​ La calidad de los datos estadísticos publicados en la Unión Soviética, en lo relativo a su precisión y confiabilidad, es otro tema que ha tenido a los que varios sovietólogos occidentales (en particular, cuando se trataba del análisis de series históricas).

[21]​ Asimismo, se llegó a decretar oficialmente que la ley de los grandes números y la desviación estándar (o aleatoria), eran “falsas teorías”,[21]​ a pesar de que para ese entonces cada vez más establecidas entre los estadísticos occidentales.

Algunos estadísticos soviéticos de fama mundial como Andréi Kolmogórov o Yevgueni Slutski abandonaron sus investigaciones.

[19]​ En algunas ocasiones algunos datos estadísticos antiguos (potencialmente útiles para la investigación histórica) no habían sido manipulados sino directamente inventados por las autoridades comunistas de los tiempos estalinistas.

Trofim Lysenko hablando en el Kremlin en 1935. Al fondo (de izquierda a derecha) están Stanislav Kosior, Anastás Mikoyán, Andréi Andréiev y el líder soviético, Iósif Stalin.