Así mismo, buscaron fortalecer sus fuerzas militares con la ayuda externa, y para ello firmaron un tratado con el estadounidense Byron Cole.
[8][Nota 1] En esos años, el territorio nicaragüense tenía un enorme atractivo a nivel internacional, especialmente por el cruce del río San Juan donde se planeaba construir un eventual canal interoceánico.
Convivían entonces en el territorio tres presidentes: el legitimista Estrada, el democrático Rivas, y el entreguista Ferrer.
Entre tanto, os recomiendo la más estrecha unión con vuestros hermanos de El Salvador, Honduras y Costa Rica para llevar a cabo la obra común de lanzar del país a los que, sin derecho alguno, han venido a mezclarse en nuestras disenciones y a amenazarnos con la más oprobiosa servidumbre.» El entonces coronel José Víctor Zavala se incorporó a la columna guatemalteca en El Salvador, en donde se encontraba entonces y Francisco Dueñas, nuevo presidente de El Salvador movilizó ochocientos hombres al frente del general Ramón Belloso.
Durante el conflicto, Zavala entró en discordia con el comandante general de los aliados, el salvadoreño Belloso.
[15] Costa Rica no pudo asistir en ese momento a la alianza debido al estrago que la enfermedad del cólera había causado en sus tropas, aunque reanudaría las acciones posteriormente.
Asimismo, las facciones democráticas y legitimistas, aliadas a Patricio Rivas, firmaron el 12 de septiembre un "Pacto Providencial" declarando la guerra contra William Walker.
La devastación de la ciudad enfureció a los aliados centroamericanos y los mismos nicaragüenses.
Para 1857 la localidad de Rivas se había convertido en el último refugio de los filibusteros; aunado a esto, Mora había hecho circular una nota ofreciendo perdón y repatriación que provocó deserciones en el contingente enemigo.