Como ascendientes literarios cabe mencionar que su madre era prima del gran escritor escocés Robert Louis Stevenson; por su parte, Charles Greene era subdirector del mismo colegio de Berkhamsted que dirigía el doctor Thomas Fry, casado con una prima suya.
Con diecinueve años militó durante unas semanas (1922) en el Partido Comunista de la Gran Bretaña, lo que a la postre le valió restricciones para entrar en EE. UU.
[3]Su primer trabajo, un volumen de poesía titulado Babbling April, se publicó en 1925, siendo aún estudiante, pero no fue muy bien acogido por la crítica.
Estando en Nottingham comenzó una correspondencia con Vivien Dayrell-Browning, una mujer católica (por conversión) que había escrito a Greene para corregirlo en una cuestión doctrinal; Greene se sintió atraído por la que sería su primera esposa y se convirtió al catolicismo en 1926.
En 1948, Greene dejó a Vivien por Catherine Walston, aunque siguieron casados (la Iglesia católica no admite el divorcio).
Hoy en día se considera la primera crítica a la sexualización de los niños en la industria del espectáculo.
Por otra parte, Greene escribió muchas novelas cortas y piezas teatrales que también, en general, fueron bien recibidas, aunque siempre se consideró a sí mismo un narrador; no desdeñó la literatura infantil y escribió también cuatro obras para niños.
Los viajes lo llevaron a ser reclutado en el MI6 por su hermana, Elisabeth, que trabajaba para la agencia.
Con esto y otros acontecimientos revolucionarios empezaron a gestarse en él los preparativos de su siguiente novela.
[8] Greene viajó por primera vez a Haití en 1954,[9] donde sitúa The Comedians (1966),[10] que estaba bajo el gobierno del dictador François Duvalier, conocido como «Papa Doc», que solía alojarse en el hotel Oloffson en Port- au-Prince.
Más tarde, Greene expresó sus dudas sobre la Cuba de Castro, diciéndole a un entrevistador francés en 1983: «Lo admiro por su coraje y su eficacia, pero cuestiono su autoritarismo»; y agregó: «Todas las revoluciones exitosas, aunque idealistas, probablemente se traicionen a sí mismas en el tiempo».
En 1981 fue galardonado con el Premio «Jerusalem Prize», otorgado a escritores preocupados por «la libertad de los individuos en la sociedad».
En efecto, muchas de sus novelas se desarrollan en momentos de gran efervescencia o crisis política, sea en Vietnam, en Cuba o en ciertos países africanos, incluyendo además la guerra civil española en El agente confidencial.
[17] Durante el último año de su vida, Graham Greene vivió en Vevey, un pueblo a orillas del Lago Lemán en Suiza.