En consecuencia, uno de sus "agentes" es asesinado y él mismo se convierte en un objetivo.
Sabiéndose en peligro mortal, Wormold le confiesa todas sus mentiras a su secretaria para salvar su propio pellejo, por lo que sus superiores del Servicio Secreto Británico descubren la farsa y reclaman su presencia en Londres.
Por decisión suya, el guion quedó a cargo del escritor británico Graham Greene, cuya novela de espionaje Nuestro Hombre en La Habana (1958) inspiró el argumento de la película.
Al término del rodaje en exteriores, se procedió a filmar las escenas de interiores en los Estudios Shepperton, ubicados en Reino Unido.
Sin embargo, tanto la película como su director perdieron sus respectivas nominaciones a manos de El Apartamento.