Su tío Godofredo el Jorobado lo eligió como heredero de la Baja Lorena, pero en 1076 el Emperador Enrique IV sólo le concedió la Marca de Amberes, quedándose para sí mismo el feudo de la Baja Lorena (entonces denominada Baja Lotaringia), ya que su tío no tenía descendientes directos, es decir un heredero directo masculino.
Este ducado estaba muy influido por la reforma cluniacense, y al parecer, Godofredo era una persona muy religiosa, de este modo y aunque había luchado a favor del Emperador contra el papado, Godofredo literalmente vendió todo lo que tenía y se unió a la Cruzada que predicó Urbano II en el Concilio de Clermont.
Sus rasgos eran agradables, su barba y pelo de color castaño claro».
Ayudó a la vanguardia del ejército durante la batalla de Dorilea durante el ataque realizado por los turcos selyúcidas guiados por Kilij Arslan I, apoyando a otros cabecillas cruzados entre ellos a Bohemundo de Tarento consiguiendo con ello la victoria final, para pasar posteriormente al saqueo del campamento selyúcida.
En su lugar tomó el título de Sancti Sepulchri advocatus, abogado o defensor del Santo Sepulcro.
Mientras tanto continuó la oposición con Dagoberto de Pisa; Godofredo y Bohemundo querían que fuera nombrado Patriarca Latino Arnulfo de Chocques mientras que Dagoberto quería convertir Jerusalén en un feudo del Papa.
Más tarde se dijo que el Emir de dicha ciudad lo envenenó, pero al parecer este rumor no tiene base alguna; Guillermo de Tiro, en la crónica que escribiría en el siglo XII no dice nada sobre este tema.
Tanto su familia como sus primeros años han sido objeto de muchas leyendas.
Godofredo es el personaje principal del poema épico Jerusalén libertada (Gerusalemme liberata, 1575), de Torquato Tasso (1544-1595).