Sitio de Nicea (1097)

Tras múltiples acuerdos y juramentos tomados entre el emperador Alejo Comneno y los principales generales cruzados, el ejército cruzado comenzó a movilizarse para abandonar Constantinopla a finales de abril de 1097.

El 6 de mayo llegaron a la ciudad, con escasas provisiones, por lo que Bohemundo ordenó traer alimentos tanto por tierra como por mar.

Viéndose así en una situación desesperada, los turcos enviaron mensajes a Kilij Arslan suplicándole su regreso, el cual, al darse cuenta de la peligrosa amenaza que suponían los cruzados, regresó rápidamente a Nicea.

Los generales Taticius y Tzitas también fueron enviados junto a dos mil peltastas.

Cuando los cruzados se dieron cuenta de la estratagema de Alejo, se mostraron decepcionados y enfadados, puesto que no pudieron saquear la ciudad para obtener dinero y provisiones.

La familia de Kilij Arslan fue enviada a Constantinopla, pero finalmente fueron puestos en libertad sin pedir rescate.

Tras su primera victoria, los cruzados avanzaban con la moral alta, como se puede apreciar en las cartas de Esteban a su mujer Adela de Blois, donde le indica que llegarán a Jerusalén en cinco semanas.

Sitio de Nicea (1097)
Batalla de Nicea durante la primera cruzada por Gustave Doré .