La construcción de una fortificación en el punto donde habría una ermita bajo la advocación de São Gião, en la margen derecha del estuario del río Tajo, fue recomendada por el rey Manuel I (1495-1521) a su hijo y sucesor, Juan III (1521-1557).Así, en 1568, la estructura se consideró completa, al final de la primera regencia del Enrique «el Cardenal» (1562-1568).Este último corrigió el diseño del foso, hizo erigir nuevas baterías y amplió las defensas en el flanco oeste.En el mismo período, las instalaciones de la fortificación comenzaron a ser utilizadas como prisión política del Estado portugués, función que se mantuvo en los siglos siguientes hasta la I República Portuguesa.Mientras tanto, el primer ministro hizo encarcelar a más de cien jesuitas desde 1759 en adelante.Habiendo perdido sus funciones defensivas, ante la evolución de los medios bélicos, pero utilizada habitualmente como prisión política y faro, a mediados del siglo XX fue desclasificado como fortificación militar y entregado a la presidencia del Consejo para ser adaptado para la recepción de miembros del gobierno y posada de visitantes ilustres (1951).Ya en el ejercicio de estas funciones, se utilizó para la recepción del general norteamericano Dwight David Eisenhower (1951) y la del mariscal británico Bernard Law Montgomery (1952), héroes de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).Solo está abierto al público con cita previa y disponibilidad del propio fuerte.Al este se alza el baluarte del Príncipe o Rey D. Fernando.Hacia el oeste, frente al mar, hay otros baluartes, entre los que destaca el de Santo António .Uno de los principales elementos que pueden apreciar los visitantes son los tapices del Infante D. Henrique y la Llegada de Vasco da Gama a Calcuta, obras firmadas por Jaime Martins Barata .