El palacio pasó a convertirse en una escuela de equitación y en un recinto donde el monarca podía mantener tranquilamente relaciones extramatrimoniales.
Próximo al palacio se podía encontrar, a lo largo de los siglos XVIII y XIX, un puerto desde el cual la familia real portuguesa pudo partir al exilio brasileño en 1807, tras la invasión napoleónica.
En este palacio nacieron el príncipe heredero Luis Felipe y el rey Manuel II.
En 1889, los príncipes herederos convertidos en monarcas se mudaron al palacio de las Necesidades.
Curiosamente fue en este palacio donde el rey Manuel II, durante los actos y la recepción del presidente de la república brasileña, el mariscal Hermes Rodrigues da Fonseca, tuvo conocimiento del inicio de la revolución que pondría fin a la monarquía portuguesa en 1910.