Los materiales más utilizados como revestimiento son los 'morteros': mezclas de un conglomerante, arena, y agua, que mientras secan fraguan y/o carbonatan.
En función del tipo de conglomerante utilizado, las técnicas de aplicación difieren, y los revestimientos poseen distintas propiedades, adoptando por tanto distintos nombres: encalado, revoco, guarnecido, enlucido, jabelga, estuco, etc.
Como aspectos negativos, (del cemento Portland) es excesivamente rígido (se agrieta con facilidad), y presenta un aspecto final muy pobre, por lo que la práctica habitual es utilizarlo como soporte para un nuevo revestimiento de acabado, que puede consistir en una simple pintura, o en una nueva capa de un material más fino, llamada revoco.
Es conveniente humedecer primero el paramento de soporte para que no seque la mezcla excesivamente pronto, impidiendo el correcto fraguado del material.
Finalmente se suele encalar para dar una sensación de limpieza.