Holismo

Pero aún consideradas estas separadamente, analiza y observa el sistema como un todo integrado y global que en definitiva determina cómo se comportan las partes, mientras que un mero análisis de éstas no puede explicar por completo el funcionamiento del "todo".

El holismo no trata de presentarse directamente como un axioma para el nuevo planteamiento que se proponga resolver, aunque a veces no sea claramente expuesto como una hipótesis.

Este puede ser su principal problema de validación, al no tener demasiados estudios[1]​ que referencien si cumple las propiedades del método científico.

Con dichos estudios se observa la orientación concreta de cómo estudiar los sistemas como un todo, con toda su complejidad, aunque aún se deben aportar más datos que aporten credibilidad a dicho sistema.

En consecuencia, si bien en principio sigue siendo útil dividir un problema en partes más sencillas para así atacar y resolver cada una de ellas en forma separada e independiente (acatando lo que se sugiere a través de la locución latina «divide et impera», o sea «divide y reina», «divide y domina», «divide y gana»), este enfoque —según el holismo— tiene sus límites, pues si se aplica siempre, por desgracia habrá relaciones y efectos importantes que queden fuera, sin explicar, sin comprender, sin solucionar, sin cuantificar, sin describir.

Según este autor, holismo es: «la tendencia en la naturaleza y a través de la evolución creadora, a constituir sistemas (conjuntos) que en muchos aspectos son superiores y más complejos que la suma de sus partes».

Al principio del siglo XX, los progresos de las ciencias físicas y bioquímicas así como la teoría darwiniana diseñan un mundo donde la frontera entre vivo e inanimado parece tener que desaparecer (contrariamente a lo que afirmaba Kant).

Se desarrolla un movimiento cuyos miembros consideran la explicación mecanicista como universalmente válida, pero que aún están vinculados a la presencia de una causa final.

El holismo de J-C. Smuts es una dirección en el universo que conduce a la "santidad" del átomo <

El holismo ontológico es una concepción (opuesta al reduccionismo y al atomismo) según la cual un «todo» (organismo, sociedad, conjunto de símbolos) es más que la suma de sus partes, o algo distinto a ella.

Concepción (opuesta al atomismo lógico) según la cual: La especificación del holismo metodológico corresponde a la tesis del filósofo de la ciencia y químico francés Pierre Duhem[14]​ (1861-1916): las proposiciones concernientes al mundo exterior reencuentran el tribunal de la experiencia sensible no individualmente sino como cuerpo constituido, no se pueden verificar las hipótesis de una teoría una por una, una experiencia física no puede condenar una mera hipótesis aislada sino solamente todo un conjunto teórico: no hay experiencia crucial.

El holismo lógico concuerda con la crítica que Quine dirige al convencionalismo (según la cual las reglas, arbitrarias, son admitidas una por una según las necesidades de razonamiento): si las verdades lógicas son convencionales, "elles ne le sont que moyennant l'acceptation préalable de la logique".

Descartes (1596-1650) reconocía este dualismo, con una materia autónoma que obedecía a sus propias leyes.

Considera que los hechos sociales deben ser explicados en relación con el grupo o la sociedad.

Siempre según Durkheim, los actos individuales solo pueden ser explicados si se estudia la sociedad y las normas sociales que ella impone a sus miembros.

Acompaña una voluntad de autonomía metodológica, privilegia la «comprensión» sobre la «explicación» (W. Dilthey), lo societal sobre lo individual (E. Durkheim), el sistema sobre los actores (T. Parsons).

Para Hegel, el Estado es una entidad colectiva casi mística, una "realidad superior invisible", donde los individuos obtienen su auténtica identidad, a la que le deben fidelidad y lealtad.

Así el reduccionismo analiza las funciones biológicas o mentales a su nivel físico-químico.

Los estadounidenses distinguen un reduccionismo débil («token physicalism», fisicalismo por pedazos) y un reduccionismo fuerte («type physicalism», fisicalismo por tipo) según el cual sería posible traducir sin residuo en lenguaje de la física todos los fenómenos hoy descritos y explicados en el lenguaje de otras disciplinas.

Esta escuela puede ser considerada como más optimista bajo la cuestión del libre albedrío.

[32]​ Goltz presentó allí un perro al cual había practicado una lobotomía grosera del neocortex y que aún era capaz de moverse, ver o entender, aunque fuera de una manera visiblemente alterada.

El contraargumento de Ferrier consistió en presentar un mono al cual había extirpado con precisión una parte relativamente restringida del lóbulo frontal izquierdo.

El animal presentaba un problema bien preciso: una parálisis del lado derecho, muy parecida a la hemiparesia que observaban los neurólogos de la época.

Es acompañar al paciente, creyendo en las actitudes mentales y en el espíritu; para ayudar a levantar su salud, por medio de la conexión enfermero-paciente; ofreciendo una mayor conciencia de sí mismos (unidad del paciente y bienestar).

Esta línea de pensamiento y la racionalización que siguió condujo, por primera vez en la historia, a resultados concretos.

Edgar Morin ha explicado claramente que el «pensamiento complejo» no es ni holista ni reduccionista:[33]​ «(...) Il ne s'agit pas d'opposer un holisme global en creux au réductionnisme mutilant; il s'agit de rattacher les parties à la totalité.

El hombre ideal (Ren) del Maestro Kong: Debía tener éxito en desarrollar su vida entre tierra y cielo.

Pero teniendo cuidado en tampoco esto exagerar, pues se arriesga a volar a altitudes donde nada de lo humano se distingue, y donde la atmósfera es cada vez más incompatible con la vida.

Debía entonces estar apto para decidir con cordura y eficiencia, para así llegar a ser maestro en el mantenimiento de la vida.

Este «Ren» ciertamente es un objetivo a alcanzar, porque es sensato ofrecer «larga vida» para obtener «visión sin fin».