La totalidad es el conjunto universalista que acapara todos aquellos aspectos de la realidad, y no solo la visión parcial, absolutista y simplista de una visión dogmática o sistema establecido.
En la sociedad burguesa, la posibilidad de abarcar el mundo como un todo ya no es inmediata.
La división del trabajo impuesta por el capitalismo, la explotación del hombre, la lucha y antagonismo de clases y las contradicciones sociales inherentes a la sociedad burguesa desintegran la conciencia de totalidad.
La alienación nos hace percibir el mundo como una serie de fenómenos inconexos y es necesario estructurar lo real para ver bajo las apariencias, las leyes y relaciones entre los datos que nos llegan a la conciencia.
Muchas veces los datos no nos permiten construir la organización objetiva de la realidad, por lo que la visión del mundo es confusa, los datos se interpretan mal y se seleccionan sesgadamente, con lo que se tiene una visión de la realidad parcial que solo da cuenta de un aspecto y no de toda la realidad.